La comunidad popular Nacionalsocialista - Varios Autores

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Para ser conscientes de la «teoría», pero sobre todo de la «práctica» del nacionalsocialismo como movimiento socialista obrero, los textos que siguen son esenciales. Hay que leer el libro de la primera página a la última, aunque tardemos algunos meses en acabarlo, pero no podemos pasar por alto ni una línea, pues cada trabajo, cada ponencia, cada artículo, es el resumen del pensamiento socialista alemán de Hitler y el Dr. Ley. Al acabar su lectura veremos con sorpresa que hay mucho por hacer en la época actual y que todo eso que conviene hacerse, ya se hizo en el III Reich. Podemos discutir y criticar otros aspectos de la obra de Hitler, pero intentar criticar también la obra socialista de Hitler, eso es mala fe y un atentado a los intereses de los trabajadores de hoy que podrían encontrar en algunas de las actividades y actitudes del III Reich solución a los problemas actuales. Si descalificamos toda la política socialista del III Reich simplemente porque fue desarrollada en esos años y por esos políticos, cometeremos una injusticia imperdonable. No podemos condenar globalmente todo lo realizado en el III Reich y además no pueden beneficiarse los trabajadores de una parte positiva como sería que también se condenase globalmente todo lo que se hizo en el III Reich a favor del capitalismo, ya que no se hizo nada. Cualquier persona tiene el derecho a ser anti-nazi, pero nadie lo tiene a estar en contra del socialismo desarrollado en el III Reich. El NSDAP fue siempre un partido obrero y como decía Fichte, eso es así, y es así porque así es.

PRÓLOGO

Todo el mundo sabe que el comunismo defiende los intereses de los trabajadores, pero también todo el mundo sabe que eso no es así en absoluto y que al margen de los comunistas de buena fe que son muchos, los hay como Picasso que se convierten en comunistas multimillonarios, o como los dirigentes de los países comunistas que constituyeron una auténtica plutocracia socialista directiva. Pero pese al hecho de que todo el mundo es consciente de que hay una gran diferencia entre la teoría y la práctica en el comunismo, ello no es obstáculo para que en el subconsciente de la gente siga siendo el comunismo el único defensor de los intereses de los trabajadores. Y fijémonos bien en lo que hemos dicho. La gente tiene claro que los comunistas defienden los «intereses» de los trabajadores, pero eso se interpreta siempre como «intereses económicos» y a este plano queda reducida, -¡en el mejor de los casos!-la relación comunista: obreros.
En el III Reich también todo el mundo tenía claro que el partido nacionalsocialista de los obreros alemanes, era genuinamente obrero. Desde los primeros años de lucha política, la idea socialista constituyó el centro de gravedad de la política del NSDAP y una vez llegados al poder, el socialismo del partido de Hitler logró crear una auténtica «comunidad popular» -«Volksgemeinschaft»- lo que le convirtió en uno de los partidos más numerosos de la historia y sin duda en el que abarcó a un mayor número de las llamadas «clases sociales», ya que para el nacionalsocialismo toda persona que trabajaba era un obrero, tanto el campesino más modesto, o el obrero de la industria peor pagado, como el ingeniero, el médico o el arquitecto mucho mejor retribuidos. Únicamente quedaban fuera del concepto «obreros» las entidades financieras, los negocios especulativos o aquellas personas que ganaban dinero pero no aportaban nada sustancial a la «comunidad popular».
Los textos que ahora presentamos son simplemente unos pocos de los muchos que se editaron en el III Reich. Aquí tenemos casi todas las ponencias del Congreso Mundial «Trabajo y Alegría», de los que se celebraron varios, pero además hay una extensa literatura, ¡incluso en castellano! sobre el tema, y a los interesados les remitimos al libro «Propaganda en español publicada en el III Reich», donde podrán comprobar que el socialismo era la idea fundamental de la ideología del III Reich y que los temas raciales u otras cuestiones polémicas actualmente, no tenían en aquella época ninguna relevancia.
El gran error que han cometido los grupos o partidos «neo-nazis» o afines, es haberse dejado arrebatar la idea socialista que han monopolizado los partidos de izquierda, presentando a todos sus adversarios como de derechas, y entre ellos, como «extrema derecha» se incluye a los neo-nazis, perdiendo de vista una realidad evidente: el Fascismo Italiano, pero sobre todo el Nacionalsocialismo alemán, eran movimientos profundamente obreros y hay que intentar recuperar, al menos para la posteridad, el reconocimiento de que no hay en realidad más que un socialismo y este es el nacionalsocialismo. Es el único verdadero y auténtico socialismo porque no circunscribía la defensa del obrero al mero aspecto económico, o a la simple cuestión de fijar un salario. Para el socialismo obrero del III Reich había otros elementos tan fundamentales como el sueldo, como por ejemplo facilitar viviendas espaciosas y con jardín a un número siempre creciente de obreros, proyecto llevado a la práctica en grandes proporciones pese a los escasos años de paz ¡¡seis!! de que dispusieron antes de ser llevados a la guerra por los plutocomunistas. También era importante para la estabilidad de los obreros, la de la moneda. De nada sirve aumentar los salarios si se reduce el poder adquisitivo. Los gobiernos capitalistas, tanto los de derechas como los de izquierdas, utilizando criterios vagos y cambiantes, determinan el aumento del costo de vida, pero la realidad es muy diferente de la teoría y los que sufren profundamente los efectos de esta manipulación estadística son siempre los obreros. Si el transporte público sube un 0,05 más que la inflación, incluso que la falsa inflación que nos «venden» desde el poder, ese pequeño aumento se va acumulando año tras año y dado que el transporte público se utiliza varias veces al día, al cabo de los años ha contribuido de manera no desdeñable al empobrecimiento de la clase trabajadora. Lamentablemente las diferencias entre la teórica inflación y el aumento de precio del transporte son siempre muy superiores a ese imaginario 0,05 por ciento. El transporte público ético tiene que ser deficitario, pues lo ha de pagar en una mayor parte el que lo utiliza, pero también ha de contribuir el que habitualmente no lo usa, ya lo tiene a su disposición. Un transporte público no deficitario es injusto, pues significa que los obreros subvencionan a los ricos que son los que menos usan e,l transporte público. En el III Reich se incluían también otros valores como imprescindibles para los obreros como por ejemplo el acceso a la cultura. Por dicho motivo los museos tenían abiertas sus puertas cuando los obreros acababan su trabajo. La orquesta del NSDAP dio cientos de conciertos por toda Alemania. En plena guerra se paraba la fabricación de material bélico para ofrecer conciertos a los obreros y eso era algo habitual que se había hecho también antes de la guerra, y no un «slogan» para la propaganda. Las viviendas, como hemos dicho, eran espaciosas pues en una vivienda pequeña no caben niños, ni perros o gatos, pero tampoco una habitación para jugar los niños, o cuadros, libros, esculturas, objetos decorativos, pequeña artesanía, ajuar del hogar amplio y suficiente, equipos de alta fidelidad o cualquier otro elemento relacionado con la cultura o la vida familiar. A un católico -pese a que eran minoría entre los cargos relevantes del III Reich- le cabe el honor de haber marcado las pautas que convirtieron la teoría de la «comunidad popular» en algo real. Ese hombre era el Dr Robert Ley al que los obreros del mundo entero levantarán algún día un monumento que haga justicia a este auténtico adalid de los trabajadores, que veía en ellos algo más que gente que «trabaja», pues para él también eran gente que «siente» y que como tales tenían una sensibilidad y una especial predisposición para sentir y vivir el arte. La fotografía del Dr. Ley debería ocupar un lugar relevante en las viviendas de los trabajadores con sensibilidad espiritual.
En el III Reich se desarrollaron las primeras legislaciones sobre la defensa de la naturaleza. Incluso en castellano se editaron textos hoy totalmente   válidos.   Sin  embargo   los   admiradores   del nacionalsocialismo de después de la II Guerra Mundial, han olvidado este hecho y se han dejado arrebatar la bandera del hoy llamado «ecologismo», palabra que incluso fue utilizada ya en el III Reich.
Y lo mismo ha pasado con el socialismo del III Reich. Nadie piensa que el nacionalsocialismo sea un movimiento obrero. Y eso es esencial repetirlo una y otra vez, ser conscientes de ello y dar prioridad en todo momento a la propaganda socialista. Se ha de conseguir que los enemigos de Hitler sepan, admitan y reconozcan que Hitler realizó la mayor revolución socialista de la historia al constituir una auténtica «comunidad popular». Ello no significa que tengan que dejar de ser enemigos de Hitler. Pueden pensar muchas cosas malas de Hitler, pero han de saber que era el jefe de un movimiento obrero que logró levantar el nivel cultural de la clase trabajadora, incluso en medio de enormes crisis económicas. Hay que lograr que tal como hemos dicho del comunismo, en el subconsciente de la gente se halle bien impresa la imagen de que el nacionalsocialismo fue y ¡ES! ante todo, un movimiento obrero.
Para ser conscientes de la «teoría», pero sobre todo de la «práctica» del nacionalsocialismo como movimiento socialista obrero, los textos que siguen son esenciales. Hay que leer el libro de la primera página a la última, aunque tardemos algunos meses en acabarlo, pero no podemos pasar por alto ni una línea, pues cada trabajo, cada ponencia, cada artículo, es el resumen del pensamiento socialista alemán de Hitler y el Dr. Ley. Al acabar su lectura veremos con sorpresa que hay mucho por hacer en la época actual y que todo eso que conviene hacerse, ya se hizo en el III Reich. Podemos discutir y criticar otros aspectos de la obra de Hitler, pero intentar criticar también la obra socialista de Hitler, eso es mala fe y un atentado a los intereses de los trabajadores de hoy que podrían encontrar en algunas de las actividades y actitudes del III Reich solución a los problemas actuales. Si descalificamos toda la política socialista del III Reich simplemente porque fue desarrollada en esos años y por esos políticos, cometeremos una injusticia imperdonable. No podemos condenar globalmente todo lo realizado en el III Reich y además no pueden beneficiarse los trabajadores de una parte positiva como sería que también se condenase globalmente todo lo que se hizo en el III Reich a favor del capitalismo, ya que no se hizo nada. Cualquier persona tiene el derecho a ser anti-nazi, pero nadie lo tiene a estar en contra del socialismo desarrollado en el III Reich. El NSDAP fue siempre un partido obrero y como decía Fichte, eso es así, y es así porque así es.

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