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Libro esencial para conocer la visión económica del
Nacionalsocialista. Editado en 1918, en breve tiempo llegó a ser la fuente espiritual del
Nacionalsocialismo.
Adolf Hitler mismo escribe en su libro, Mein Kampf (Mi
Lucha), al referirse a la historia del origen del Movimiento: "Por primera
vez en mi vida escuché una disertación fundamental sobre el capital bursátil y
prestamista internacional. Después de haber oído la exposición de Feder, de
inmediato me cruzó la mente el pensamiento de haber encontrado ahora el camino
hacia una de las premisas más esenciales para la fundación de un nuevo partido.
El mérito de Feder residía a mis ojos en que
había establecido con desconsiderada brutalidad el carácter tanto
especulativo como económico del capital bursátil y prestamista, pero
descubriendo su eterna premisa del interés.".
La demanda del quebrantamiento de la servidumbre del interés
se halla tan en el centro del programa partidario nacionalsocialista, que toda
su concepción está ligada del modo más vivo e íntimo con este Movimiento total.
INTRODUCCIÓN
El Ingeniero Gottfried Feder (27/01/1883 – 24/09/1941) fue
una de las personalidades fundamentales en la formación ideológica del Partido
Nacionalsocialista.
Con ideas realmente revolucionarias ya desde 1917 Feder
funda la “Liga de lucha contra la esclavitud del interés” (Deutscher Kampfbund
gegen Zinsknechtschaft) proponiendo una reforma del sistema bancario y un
crédito social que parta de éste libre de intereses, sólo para el beneficio del
pueblo y alejado de todo fin lucrativo. Al siguiente año escribe su manifiesto
contra la usura (1) que cautivara a Hitler en una charla que Feder diera sobre
sus ideas mientras el primero trabajaba para el Ejército. En 1919 fundaba junto
a Antón Drexler, Alfred Rosenberg y Dietrich Eckart, entre otros, el Partido
Alemán de los Trabajadores (al que unos meses después se acoplaría Hitler),
sobre la idea de lucha institucionalizada contra la usura. Es importante
resaltar esta idea matriz pues hoy se suele asociar el nacionalsocialismo con
la temática racial o el antisemitismo pero la idea fundamental del aquel
entonces incipiente movimiento era la lucha contra la usura y el rechazo a un
mundo regido por valores mercantiles, el imponer los valores del propio
esfuerzo y trabajo, del honor, por sobre las finanzas. Ya desde su formación,
el DAP (Partido alemán de los Trabajadores, luego NSDAP bajo la dirección de
Hitler) declaraba oficialmente que su lucha era esencialmente “contra la usura”
(2), lo mismo sostenía Feder y justamente esto fue lo que cautivó a Hitler y
desde donde tomó las ideas directrices para su política. También se puede decir
que, esencialmente, la instrumentalización de esta lucha es la descripta por
Feder en su trabajo “El Estado Alemán”, que Hitler prologara nombrándolo como
el “catecismo del nacionalsocialismo”. Finalmente, la lucha contra la usura
pasa a ser una de las ideas fundamentales del Programa nacionalsocialista y una
de sus ideas más distintivas en el mundo de la política.
Desde la fundación del partido Feder resalta como ideólogo.
Teniendo luego una destacada actuación durante el periodo de lucha por el
poder, cuando fue el encargado de desarrollar la doctrina económica nazi, el
Programa oficial del partido y dirigir la Biblioteca de formación doctrinaria
del NSDAP. Tras el encarcelamiento de Adolf Hitler se mantiene como uno de los
principales líderes y tras su liberación obtiene un puesto en el Reichstag
(Parlamento alemán), puesto que mantiene desde 1924 a 1936.
Ya en ejercicio sólo participó en los primeros años de
gobierno como Secretario de Estado para el Ministerio de Asuntos Económicos
(1933–1934) y Comisario Político del Reich para la Asamblea Legislativa entre
1934 y 1935, dedicándose luego a desarrollar sus ideas sobre un nuevo concepto
de Ciudad, asociada a la ecología y la naturaleza para combatir la fría
concepción de ciudades de cemento sin alma. Estas ciudades debían crearse
alrededor de una nueva valoración de la agricultura que les pueda dar independencia
y autarquía y en principio se crearían sobre una base de aproximadamente 20.000
personas divididas en unidades rodeadas por áreas dedicadas a la agricultura.
A fines de 1936 Feder prácticamente se retira de la vida
política, por motivos que no están del todo claros, pasando a actuar como
profesor en la Escuela Técnica de Berlín hasta su muerte en 1941. Su ideas
fueron en cierta medida eclipsadas por la actuación de Schacht como Ministro de
Economía hasta 1937, un tiempo durante el cual no se pudo implementar un cambio
tan drástico de la economía y fueron necesarios muchos recursos técnicos para
ir amoldado la economía en total crisis con la que Hitler se encontró hasta
transformar el desarrollo en un verdadero milagro. Si bien las ideas de Feder
toman otra vez fuerza con el total control de la economía y del Banco Central,
nunca dejó de ser el padre espiritual de la gran tarea política del
nacionalsocialismo: la lucha contra el mundo de las finanzas como determinante
de la vida del pueblo.
De entre los escritos de Feder, el “El Manifiesto contra la
Usura” que aquí presentamos sigue constituyendo un libro esencial para conocer
la visión económica del Nazismo. Editado en 1918, en breve tiempo llegó a ser
fuente espiritual del Nacionalsocialismo. Adolf Hitler mismo escribe en “Mi
Lucha”: “Después de haber oído la exposición de Feder, de inmediato me cruzó la
mente el pensamiento de haber encontrado ahora el camino hacia una de las
premisas más esenciales para la fundación de un nuevo partido.”
Los hechos que llevaron al autor a desarrollar sus ideas, y
que sirvieron de fermento a la revolución Nacionalsocialista, son tan actuales
en el 2014 como cuando se editó la obra: a pesar de que una pequeña porción del
planeta podría producir bienes suficientes para abastecer a la humanidad
entera, la enorme mayoría de la población apenas puede satisfacer sus
necesidades básicas, mientras una pequeña cantidad de parásitos absorben todas
las ganancias sin crear nada a cambio. El 1% de la población posee la mitad de
las riquezas del mundo (3) sin que nadie se pregunta cómo es posible tal
aberración, es más común que despierte admiración o envidia que desprecio.
Resalta aun más el contraste cuando se constata que juntando el 80% de la
población mundial no se llega ni siquiera al 5% de la riqueza mundial, aunque
es lógico deducir que así están las condiciones de quienes se ganan la vida por
el trabajo, en contraposición a quienes lo hacen mediante las finanzas, sin
producir nada realmente servible para las necesidades humanas. Estos niveles de
crecimiento son propios de la curva de crecimiento exponencial de las finanzas
contra el crecimiento lineal de la industria, que Feder expone gráficamente y
cualquier persona con conocimiento de matemáticas podría prever. Esto deriva en
cifras aberrantes de muertes por hambre causadas “legalmente” por el poder
financiero mundial. El trabajo productor de bienes no puede hacerlos valer como
tales ni abastecer al pueblo con ellos debido a que vive esclavizado a los
designios del Dinero y sus “leyes económicas” intocables. Este verdadero
holocausto sucediendo todos los días delante de nuestras narices no parece
asombrar a nadie pues éstas son consecuencias de las “leyes de la economía”.
Pareciera no inmutar a nadie el hecho de que el bienestar de un pueblo esté
determinado por el desmedido lucro del mundo de las finanzas.
Sólo el nacionalsocialismo atacó de raíz este problema y
eliminó la injerencia de las finanzas en la política, y por ello el poder
mundial utiliza todo su dinero para inventar historias que lo denigren hasta
tal punto que la gente no quiera ver cómo fue posible revertir esta situación.
Pues es aquí donde Feder y el Nacionalsocialismo (NS)
intervienen para devolver la economía a sus cauces naturales: La búsqueda de
ganancias desmedidas ya no podrá llevar a la ruina y esclavitud a una Nación
sino que deberá amoldarse dócilmente, bajo la dirección del Estado y el Führer,
al bien del Pueblo. Este bien comunitario es la vara bajo la que se mide la
política y por lo tanto en ella la usura pasa a ser un crimen. Un orden de
prioridades en apariencia tan básico, como los es el optar entre el bien del
capital usurero (poder secreto del mundo) o el bien de la comunidad, escapaba
sin embargo a su implementación debido a una ignorancia sabiamente instalada.
Feder captaba muy claramente las causas de la esclavitud
pues además del mecanismo de la usura veía profundamente en los cambios
espirituales que lo posibilitaba. Al veneno que corroe todos los pueblos del
mundo impidiendo su Libertad, a la grave enfermedad que padece la humanidad y
todo lo invade, la llamó mammonismo: Por mammonismo ha de entenderse, por una
parte, el poder mundial del dinero, la potencia financiera supraestatal
reinante por sobre el derecho de autodeterminación de los pueblos, y, por otra
parte, una disposición del espíritu que se ha adueñado de amplios círculos
populares: el ansia de lucro insaciable, una concepción de la vida orientada
exclusivamente a los valores materiales, que ya ha conducido y continuará
conduciendo a una alarmante caída de todas las normas morales. El Mammonismo
es, en su esencia mas profunda, la religión del tipo humano que esta orientado
puramente a lo terrenal. Este veneno ha sido inventado demoníacamente, para
enfermar a la humanidad, para enredarla en lo más hondo del materialismo, para
robarle lo más preciado que tiene, el alma. Paralelamente con ello se ha
desarrollado la terrible, inmisericorde, tiranía del poder del dinero, para
quien los hombres no son sino esclavos del interés, solo existen para trabajar
para la renta y para el interé).(4)
Este poder mundial que gobierna por sobre los pueblos tiene
como principal fuente de energía la que proviene, sin esfuerzo y sin creación
de bienes, del interés. Es a partir del gran engaño del interés como el poder
mundial se ha convertido en omnipotente, pues ya no existe pueblo alguno que no
viva esclavo del pago de intereses, disminuyendo así todas sus posibilidades
económicas.
Es sumamente importante entender que el sistema de pagos de
deudas eternas y la libertad del dinero para autoalimentarse mediante la usura
son los medios básicos de control político en todo el mundo. En materia
política y social, desde lo micro hasta lo macro, absolutamente todo está
ligado de forma directa o indirecta a ello. Este sistema de deuda perpetua no
es un accidente ni se encuentra concatenado a la actividad económica, sino que
se trata, por sobre todo, de un medio sumamente efectivo de control mundial.
Repitámoslo para remarcar su importancia: La deuda y la usura no es algo
natural a la economía, es un medio de esclavitud sabiamente implementado.
Esta afirmación de trascendental importancia no resulta de
fácil comprensión para el común de los mortales, ya sea por ignorancia o
indolencia, o por no querer creer que algo en apariencia superfluo tenga tal
magnitud.
Intentaremos ejemplificarlo con un caso que nos es
particularmente conocido para demostrarlo, pero este sistema no es cuestión de
un gobierno en particular, de una época ni de un país, sino que es un sistema
mundial que se desarrolla con particular eficacia más allá de los nombres, por
lo que no intentamos aquí hacer política, criticar gobiernos, ni tampoco
centrarnos en un hecho histórico particular
Pongamos entonces como ejemplo cercano la situación de
Argentina, que suele ser noticia mundial por sus recurrentes crisis de deuda
(aunque, variando las cifras, la situación es muy similar en la mayoría de los
países): hoy en día, corriendo el año 2014, siendo sumamente benévolos con las
sumas y sin hurgar en lo que se esconde debajo de la alfombra, la Argentina
tiene una deuda que se estima, como mínimo, en los 300.000 millones de dólares
(5) (lo que equivale casi a dos terceras partes del Producto Bruto Interno, o
sea un 60% del valor de la producción total del país). Esta deuda no sólo no se
paga nunca, sino que ni siquiera se llegan a pagar los intereses de este
capital: en los últimos años apenas se llega a pagar poco más de las dos
terceras partes de los intereses, pero nada del capital, por más que
oficialmente se hable de desendeudamiento. Es muy importante notar que todo lo
que no se pague, se vuelve a refinanciar sumándolo al capital inicial (lo que
además es una práctica ilegal conocida como anatocismo, aunque generalmente las
partes suelen pactar la capitalización de intereses ante la desesperación de no
poder pagar). No es difícil darse cuenta que esto siempre deriva en cifras cada
vez más imposibles de saldar. Por lo tanto, no es difícil deducirlo: Argentina
está condenada a una deuda eterna que, aunque se paga con el trabajo de cada
argentino, no se logra reducir sino que, por el contrario, aumenta cada vez
pues año tras año se intentan pagar los intereses (6), se refinancia el capital
de la deuda y se toma aun un poco más .
Teniendo en cuenta la información oficial publicada cada año
por el ministerio de economía en su página web, que luego se desdibuja en el
discurso oficial que lo intenta esconder entre otras variables, como cuánto
creció tal o cual deuda en particular y comparación con otras variables, en
realidad el saldo total de la deuda (lo que se pidió de más, aparte de lo que
se usó para pagar deuda vieja) aumentó 14.600 millones de dólares (MD) en 2011,
18,800 MD en 2012, 10.800 MD (según Ley de Presupuesto Nacional, no hay
información definitiva) en 2013 y se previó aumentarla en 12.700 MD durante
este 2014. El presupuesto nacional 2015 prevé aumentarla 17.700 MD, aunque con
el ritmo de devaluación, que siempre es mayor que el previsto, y los anclajes a
crecimiento de muchos bonos, seguramente sea mayor. El total de deuda a tomar
durante el 2015 se prevé en 134.000 MD (lo que en gran parte se utiliza para pagar
la deuda y volver a refinanciarla para dejar todo igual), dentro de la política
liberal de todos los países de la actualidad que sólo tienen como receta tomar
deuda para cancelar deuda y que todos los economistas toman como normal y hasta
acertado el ir pagando sólo los intereses de la deuda (lo que muchas veces ni
siquiera se alcanza a hacer) y refinanciar sistemáticamente el total del
capital. Como la genial receta suele tener pequeñas fallas, de gobierno a
gobierno el total que se refinancia sistemáticamente aumenta siempre un poco
más y mientras tanto el pueblo sigue pagando con su trabajo los intereses de la
deuda.
De todas formas, aunque, según la receta de los economistas
liberales, el capital se refinancie totalmente con más deuda (7) y sólo se paguen
los intereses, ya estos son lo suficientemente grandes como para condicionar la
política nacional y parasitar el gasto público. El lic. Héctor Guiliano hace un
excelente análisis de la incidencia del pago de intereses en Argentina según
las previsiones de la Ley de Presupuesto (PL):
“Según el PL en 2014 está previsto pagar por este concepto
77.300 M$ (12.200 MD).
Es el 9.0 % del Gasto Público Total (859.000 M$), el 10.1 %
del Gasto Público Corriente y el 16.9 % - prácticamente el 17 % - del Gasto de
la Administración Central, lo que quiere decir que casi 1/5 de las erogaciones
del Gobierno Central se destinan al pago de intereses (sin contar los cupones
PBI).
Comparativamente a las otras jurisdicciones del Presupuesto
2014 los gastos por intereses a pagar en el año - los 77.300 M$ citados - son
muy elevados frente a los de Interior/Transporte (29.500 M$), Seguridad (36.300
M$), Defensa (35.100 M$), Educación (45.700 M$), Ciencia/Técnica (5.600 M$),
Salud (16.300 M$) y Desarrollo Social (48.800 M$).
La partida presupuestaria para el pago de Intereses es
fuertemente creciente dentro del Gasto Total y constituye el rubro de gasto con
mayor aumento en el ejercicio: su incremento contra el 2013 es del 73.2 %
(44.500 versus 77.300 M$), lo que supera ampliamente el aumento general de
gastos del Presupuesto 2014, que es del 19.2 % (721.200 versus 859.500 M$).
Es decir, que el aumento del gasto por pago de intereses es
de casi 4 veces (3.8) el aumento del promedio general de gastos en el
presupuesto 2014.
Para tener una idea gráfica del costo comparativo y
alternativo de los intereses de la Deuda Pública - los 12.200 MD en el año -
hay que considerar que este importe significa un promedio de 33.4 MD por día:
1.4 MD por hora que pasa de nuestra vida (estimativamente, el costo equivalente
a la obra civil de una sala médica asistencial).”
Esto si se analizan sólo los intereses, o sea lo que ganan
los financistas sin hacer nada mientras el pueblo les tiene que generar esas
ganancias, porque el capital ni siquiera es tenido en cuenta por los
economistas del sistema, sólo se les ocurre refinanciarlo y los gobiernos
tienen prohibido cuestionarlo. (8)
Si bien todos los gobiernos se quejan de la herencia
adquirida en materia de deuda, la realidad es que absolutamente todos siguen
exactamente el mismo sistema y nadie se anima a cuestionarlo, por lo que de
todas formas la deuda aumenta tras cada gobierno. Es así que todos tomaron
después más deuda y dejaron al final de su gestión un stock de pasivos superior
al que recibieron: 8.000 MD (millones de dólares) Isabel Perón, 44.000 MD el
Proceso militar, 62.000 MD Alfonsín, 122.000 MD Menem, 145.000 MD De la Rúa,
173.000 MD Duhalde y 208.000 MD Kirchner. (según cifras oficiales redondeadas,
las sumas son siempre más altas cuando se las analizan con cuidado)
Las obligaciones de pago de deuda constituyen el
condicionante principal del desarrollo económico del país. Este sistema de
endeudamiento perpetuo no es una casualidad sino que se trata de un plan muy
bien elaborado para el control político tanto de la Argentina como de la gran
mayoría de las naciones, ya que mientras más con la soga al cuello se esté, más
dócilmente se aceptarán las liberales “recomendaciones” de los organismos
internacionales que le evitan al país ingresar en una crisis cuando deciden
declarar solvente a la Nación de turno (en realidad, toda Nación que toma deuda
más allá de su capacidad de pago no puede ser nunca declarada solvente.
Pareciera, sin embargo, que sólo cuando a la banca internacional le conviene
esto toma estado público y recién entonces los analistas se rasgan las
vestiduras pues, por ej., EEUU es el país más endeudado del mundo y nunca se
habla de su deuda)
Pero el problema no termina aquí ya que, aunque no lo
notemos, el interés, siendo además la principal fuente de inflación, inunda la
vida económica de todo un país y produce un drenaje constante de su riqueza
hacia las arcas de la finanza internacional. El interés lo encarece
absolutamente todo: el pan y la leche de cada día es cada vez más cara debido
al interés, los impuestos que pagamos son más caros debido al interés, la
pérdida de valor de la moneda que tenemos en el bolsillo se debe al interés.
La gente tiende a pensar que sólo paga interés al sacar un
crédito pero en realidad todo lo que compramos ya tiene en su costo una
proporción de precio que corresponde al pago de interés. Si bien Hitler, de la
mano de las ideas de Feder, redujo el costo de crédito, interés e inflación a
niveles menores al 5%, con la idea de llevarlo cada vez más a 0, la economista
Magrit Kennedy (9) a comprobado que en la actualidad en Alemania se paga en
promedio alrededor de un 50% por costos de capital sobre todos los precios de
bienes y servicios, llegando a prácticamente al 80% en el sector inmobiliario.
(lo que se podría hacer extensivo a prácticamente todo el mundo, aunque
seguramente los países con mayor crisis como Argentina tengan un porcentaje aun
mayor).
Creemos que con estos ejemplos queda claro como el trabajo
productor de bienes reales de millones de personas, pues la deuda se paga con
las riquezas que todos generamos, es tributario de los intereses de un capital
que nada produce, un dinero que en realidad, si no fuera por la confianza de la
gente y la creencia cuasi religiosa en las sacrosantas “teorías económicas”, no
es más que un papel que no sirve ni para envolver un queso. De aquí viene una
de las tesis fundamentales del NS y de Feder: el dinero ha perdido su función
real de ser un bono por trabajo efectuado para convertirse en un medio de
esclavización de los pueblos. Tras su actividad parasitaria, una minoría
detentadora del poder vive a costa de la esclavitud y el trabajo creador de las
naciones, generando ganancias extraordinarias sin producir nada. El mismo Feder
constató que en la Alemania de aquella época el capital prestamista era 20
veces más grande que el capital industrial. La abolición de la servidumbre del
interés del dinero logró acabar con esto para devolver el dinero a quienes les
pertenece: a los productores de bienes. Sólo el producto del trabajo tiene un
valor para el nacionalsocialismo, nunca el dinero. Si se aumentara la cantidad
de dinero al doble y se lo repartiera sin mediar productos nuevos, sólo se
lograría crear una inflación que aumentaría el precio de los productos al
doble, y el dinero adquirido de más serviría para comprar lo mismo que antes
con la mitad, lo que demuestra que en definitiva son los productos los que
tienen valor. En realidad, lo que estamos experimentando con la enorme
inflación que se vive en Argentina es justamente este aumento de moneda
circulante en cantidades extraordinarias pues el gobierno, al no poseer fondos
ni recursos genuinos en capacidad suficiente como para sostener el enorme peso
de la deuda, imprime moneda sin respaldo sólo para poder pagar la deuda y esta
presiona sobre los precios (10) generando inflación, que al estar al orden del
40% anual y no ser repartida entre la población sino que va a parar al sistema
financiero, sucede que la persona que tenía 10.000 pesos guardados, al año, con
el quite de valor del 40% tiene el equivalente a 6.000 pesos. Este “robo legal”
se produce constantemente en prácticamente todo el mundo, de diversos modos,
con los aumentos de precios, que si no lo genera el gobierno de todas formas lo
generan los bancos con el sistema de encaje bancario que le permite crear
dinero para dar créditos virtuales (11)
La presión de la deuda es tan grande que toda la economía
del país se ve alterada por ella. Así, siendo que los medios de financiamiento
del Estado son: la emisión monetaria, la recaudación tributaria, las empresas
del Estado y la toma de deuda, todos los gobiernos se ven obligados financiarse
exclusivamente por esta última opción –la deuda- a pesar de que es el más caro
ya que se deben pagar intereses por él. La deuda termina creciendo hasta
niveles tan altos que todos los demás medios de financiamientos son utilizados
exclusivamente para el pago de deuda (12). Se emite más dinero para pagar deuda
en vez que para financiar la economía del país, todas las ganancias son volcadas
al sistema de deuda y los impuestos son aumentados cada vez más para poder
hacer frente a los pagos de deuda.
Feder sostiene que el quebrantamiento de la servidumbre del
interés nos da la posibilidad de abolir todos los impuestos directos o
indirectos. Al eliminar el interés, el dinero que antes iba a parar
íntegramente a los bolsillos del gran capital prestamista queda libre para
obras públicas. La Alemania nacionalsocialista ha demostrado con el ejemplo que
las rentas de todas las empresas estatales que producen utilidades, como el
correo, el telégrafo, el ferrocarril, las minas, los bosques, etc., alcanzan
completamente para poder costear todos los necesarios objetivos estatales en
las áreas de educación, cultura, justicia, administración publica, previsión
social, etc. sin tener que cobrar impuestos a la gente, impuestos que no son
otra cosa que servidumbre al interés del dinero.
El Tercer Reich ha demostrado que el milagro económico es
posible. Rompiendo estas cadenas, los alquileres pudieron ser reducidos a la
mitad, los productos básicos que cubren las necesidades diarias redujeron su
valor y fueron mantenidos al menor precio posible, y, ¡por fin!, propiedad,
alimentación, educación, salud, vivienda, y demás necesidades básicas, pasaron
a ser un derecho inalienable de todo ciudadano en vez de una mercancía más
librada al libre comercio y a los vaivenes de la economía capitalista (13).
Feder nos ha advertido también sobre uno de los mecanismos
más peligrosos de la trampa del interés: los intereses de intereses, o interés
compuesto. A pesar de estar prohibido bajo la figura de anatocismo, este es
capaz de hacer de una pequeña deuda una deuda impagable. Dado que su
crecimiento es exponencial, se torna un factor que multiplica exponencialmente
la deuda a determinados lapsos de tiempo. El crecimiento exponencial lo pone en
oposición de lo que tendría que ser un crecimiento puramente lineal de las
ganancias de la industria pues la ganancia, la propiedad privada y la
iniciativa privada es promovida por el nacionalsocialismo como forma
reconocimiento a la personalidad, el carácter y el propio esfuerzo, pues la
comunidad crece gracias al impulso de sus mejores hombres y no por el
nivelamiento hacia lo bajo; pero estos logros no pueden nunca llegar a un tipo
de ganancia que es antinatural y perjudicial para la comunidad. En la
naturaleza el crecimiento exponencial corresponde al cáncer o procesos
parasitarios que llevan a al muerte y en la economía sólo corresponde a la
ganancia de las finanzas, que también llevan a una muerte silenciosa o miseria
de los trabajadores. Este sistema de ganancia es una trampa implantada gracias
a la ignorancia o indolencia de los hombres.
Para hacerlo comprensible, Feder utiliza como ejemplo el
famoso problema matemático en el que un mísero penique, puesto en la época del
nacimiento de Cristo a un interés del 6%, convertido a interés de intereses, se
convierte en la actualidad en una cantidad tal que ni siquiera nuestro Sol
junto a todos los planetas de su sistema, hechos de oro macizo, alcanzarían
para pagar la deuda. El objetivo de esta trampa es muy claro y Feder lo pone de
manifiesto: que toda la humanidad se haya vuelto enteramente tributaria del
capital prestamista internacional.
El problema del interés no era algo nuevo para la época,
aunque se comenzaba a hacer evidente que, al librarse de las cadenas que en
otro tiempo lo contenían, se tornaba una variable totalmente determinante para
la política de cualquier Estado. A lo largo de la historia, la usura fue
siempre muy duramente combatida, desde los emperadores romanos prohibiendo
terminantemente el interés, hasta la edad media, donde se procedía con
frecuencia en forma sumaria contra los usureros, o los campesinos y ciudadanos
esquilmados se unían y, sin mediar juicio, directamente los asesinaban por sus
propios medios. Solo el judaísmo fue la excepción, aceptándola desde los
orígenes de su historia e incluso impulsándola explícitamente por su propio
dios en el Antiguo Testamento (14).
En todas las épocas y en todos los demás pueblos, sin
embargo, el problema del interés o la usura (15) preocupó a los hombres. Con el
advenir del materialismo, la usura se fue introduciendo cada vez más como algo
aceptable, hasta obtener acta de nacimiento legal en 1789 con la revolución
francesa: la Subversión burguesa consagró legalmente el préstamo a interés,
esto es, el principio básico del capitalismo, que a través de ella había
alcanzado el poder. Dice Feder: Es especialmente importante en este orden de
cosas destacar que, recién a mediados del siglo pasado todas las limitaciones
en las operaciones de interés y todas las prohibiciones de interés fueron
abolidas. De modo que no mucho más antiguo que medio siglo es el concepto de
interés considerado hoy en día como indisolublemente unido a la posesión del
dinero. Pero precisamente este concepto del interés ha permitido que el dinero
se convierta en el poder demoníaco de dominio mundial que conocemos. Recién a partir de mediados del siglo pasado
data también el incipiente y luego cada vez mas fuerte endeudamiento de los
Estados frente a los capitalistas. Recién a partir de esa época vemos decaer el
Estado, desde órgano de la comunidad nacional, como realmente debería ser, a
simple órgano de los intereses capitalistas. Aquí encontramos el punto de
inflexión donde los Estados pierden su soberanía y sus funciones para con los
ciudadanos, para convertirse en esclavos de lo designios de la alta finanza y
sus planes de dominio mundial implícitos en la lógica capitalista (16).
La pérdida del soberano derecho que tienen los Estados para
emitir moneda nacional resulta un instructivo ejemplo: El lavado de cerebro
hecho por los teóricos de la economía ha impuesto como dogma que la emisión de
moneda por parte del Estado puede transformarse en una catástrofe, de modo que
ésta debe permanecer en manos de los bancos, que, aún cuando sean entes
privados con fines de lucro, se ¿debe? suponer que actuarán en beneficio del
pueblo. Durante el Tercer Reich quedó en evidencia que, si se necesitan
billetes, es el Estado quién debe emitirlos teniendo en cuenta las necesidades
de sus ciudadanos. Esto será benéfico siempre y cuando se ponga como respaldo
al trabajo y los bienes producidos, para evitar la presión inflacionaria.
Cuando el dinero es invertido en el sector productivo, los bienes aumentan
junto con el consumo e impiden que exista inflación debido al equilibrio entre
dinero y bienes. La inflación sólo se produce si existe un desequilibrio entre
los bienes y el dinero, por lo que es otra más de las mentiras con las que se
somete a las naciones el declarar que si se deja la impresión de dinero a los
Estados esto derivaría en un proceso inflacionario. De más está decir que hoy
en día la emisión de dinero ya no está a cargo de los Estados, pero es
importante notar que la inflación, en cambio, sí la generan los bancos creando
dinero de la nada. Sin embargo, esto no parece ser advertido por los
economistas ni oímos que pongan el grito en el cielo cuando los bancos prestan
dinero que no tienen y generan desequilibrios en la economía. Mucho menos dicen
por qué se genera un corralito, como sucedió en Argentina, y los bancos se
niegan a devolver el dinero a los ahorristas (repetimos, es dinero que no
tienen pues lo han generado de la nada mediante la posibilidad que les da el encaje
bancario de generar dinero sin trabajo y enriquecerse a costa de la gente
común). Esto es así aún cuando la vil mentira de que la emisión por parte del
Estado generaría inflación ha sido refutada, tanto en la campaña de
esclarecimiento llevada a cabo por Feder, Schacht y demás economistas del
Tercer Reich, como por los hechos acontecidos durante el gobierno NS. Aquí, aun
cuando se transgredieron las leyes de la economía, todos los problemas
económicos que aquejan a los pueblos fueron subsanados sin dificultad y las
mentiras de las teorías económicas quedaron en evidencia.
Feder es particularmente enfático en el hecho de que sea el
Estado quién decida la emisión de dinero y no se tenga que recurrir a los
bancos o a los préstamos: ¡Es que ya no queremos que alguien preste su dinero!
El crédito a interés fue la argucia, la trampa, en que entró nuestra economía,
y en la que ahora esta enredada impotente (si el pueblo realmente necesita un
capital mayor, entonces adquiere sin interés, solo contra reembolso en la caja
central del fisco, las sumas requeridas y, eventualmente, emite nuevos
billetes. ¡¿Por que ha de emitir bonos que generan interés!?). ¡Si es papel,
que de interés o que no de interés, lo mismo es! Detrás está sola y
exclusivamente la fuerza laboral, la fuerza impositiva del pueblo. ¡¿Por que
gravar desde el comienzo todo gasto estatal con el peso de plomo del interés
perenne?!
Desde que el poder del dinero se ha vuelto amo y señor de la
vida política, sólo el NS lo ha combatido tenaz y eficientemente. Es
sorprendente como las demás ideologías políticas lo han ignorado y resulta ser
que es justamente el NS el que se convierte en la única ideología
permanentemente denigrada durante más de 70 años por todos los medios de
comunicación, que, de más está decir, están en manos de la alta finanza que
salvaguarda su propia existencia con esta mentira y con el control de la
opinión pública por los medios de propaganda, que tanto poder tienen que hasta
lograron inventar una supuesta matanza programada de millones de personas sobre
la que no hay pruebas (17). Particularmente sorprendente es ver como otras
ideologías supuestamente socialistas le rinden pleitesía al poder del dinero.
Es así que vemos como la ideología marxista se detiene como a voz de mando ante
los intereses del capital prestamista. La santidad del interés es el tabú; el
interés es lo mas sacrosanto; sacudirlo no lo ha osado nunca nadie; mientras la
propiedad, la nobleza, la seguridad de la persona y de los bienes, los derechos
de la corona, las convicciones religiosas, el honor castrense, la patria y la
libertad están puestos mas o menos fuera de la ley, el interés es sagrado e
intocable, el interés es el “nolime tangere”. La complacencia de Marx con el
interés (tal vez debido a su propio origen judío) es explícita en su obra
fundamental, “El Capital”, donde lo encontramos aceptado como valor capaz de
crear valor sin mediar trabajo. Dice, por ejemplo: “... el dinero tiene la
virtud de crear valor, de arrojar interés, lo mismo que el peral tiene la
virtud de crear peras...”. Lo encontramos negando la oposición entre este
capital financiero y el producido por trabajo cuando dice: “en la forma del
interés se esfuma esta antítesis frente al trabajo asalariado, pues el capital
a interés contiene como término antagónico no al trabajo asalariado sino al
capital industrial...” “...El interés es una relación entre dos capitalistas y
no entre el capitalista y el obrero...” Llega incluso a analizar el interés
compuesto (anatocismo) sin condenarlo ni cuestionarlo. Feder critica
acertadamente al marxismo que, además de ocultar la oposición entre el
trabajador y el poder del dinero, crea una oposición entre dador de trabajo y
tomador de trabajo en primer plano, pecando de esta manera irresponsable
precisamente contra los trabajadores, pues con ello pone el hacha en la raíz
del árbol que nutre y sostiene la clase trabajadora.
Mientras el NS unió a todo el pueblo contra el poder
financiero que lo esclavizaba, el marxismo dividió a la población entre sí
dejando el terreno abonado para la ganancia de la alta finanza. Éste y muchos
otros ejemplos evidencian la perfecta convivencia entre el poder del dinero y
las demás ideologías políticas, destacando aun más la tarea que emprendió con
éxito el NS, tarea que solo pudieron opacar fabricando un cúmulo de mentiras
con el fin de demonizar al Tercer Reich. De este modo el poder mundial ha
dejado en la infamia a quien fue su mayor enemigo y puede continuar manejando
los hilos del mundo sin ser percibido. Como yapa, deja en las conciencias de la
masa la personificación del mal absoluto, descargador de culpas, en la figura
de su alternativa.
Feder deja claro que: Universal es el pensamiento; a todo el
mundo debe liberar. ¡Salve la nación que primero se atreva a dar el paso audaz!
Pronto le seguirán todas las otras. El poder que esclaviza a las naciones será
destruido, el dinero volverá a ser lo que debe: un bono por trabajo efectuado,
pues el valor lo tiene exclusivamente el trabajo y los bienes producidos, no un
pedazo de papel. Así se abre camino a una meta más alta: el abandono de la
rabiosa codicia de nuestra época. Efectivamente, cuando se luchaba por
implantar una nueva visión económica, se luchaba en realidad por una meta más
alta: revertir el oscurecimiento espiritual e implantar valores trascendentes
que ya no tengan como traba la religión materialista del dinero.
De haber ganado la guerra, el NS hubiera servido de ejemplo
a las demás naciones y el dominio de unos pocos esclavizando a una mayoría
llegaría a su fin. Es por esto que aún vemos que el poder mundial continúa con
su propaganda antinazi incluso en nuestra época, 60 años después de terminada
la Segunda Guerra Mundial. La razón se transforma en una obviedad ahora: ambos
sistemas son incompatibles. El NS implica la destrucción del poder mundial, por
lo tanto éste utiliza todos sus medios (de más está decir lo inmensos que son)
para imputarle los más terribles crímenes y que la gente no llegue a darse
cuenta de lo que realmente fue. En consecuencia, podemos seguir esclavizados y
cegados aun en medio de las condiciones más antinaturales y humillantes,
sufriendo la humanidad entera la peor de las violencias: la miseria, pero sin
poder avistar la solución debido al lavado de cerebro y a la posesión que los
“hijos de la mentira” tienen sobre los medios de comunicación para continuar
con la farsa.
La propuesta económica de Feder supo ir directo al hueso del
problema. La misma, como él mismo dice, no es tanto un plan para mejorar la
naturaleza humana sino un ataque frontal contra la fuerza demoníaca que hoy
como ayer envuelve a las naciones en sus intrigas con el objetivo de dominar y
esclavizar a los hombres.
Es importante apreciar que Feder, con una cita bíblica,
aunque sin aceptar como dios universal a yahvé (18), cierre su obra poniendo en
evidencia la identidad del poder supranacional que, tras el escudo de
“religión”, mantiene la promesa del dios yahvé a su pueblo elegido en el
Antiguo Testamento: “te daré en propiedad todos los tesoros de la tierra, a tus
pies han de yacer todos los pueblos de la tierra y tu reinarás sobre ellos”,
palabras que, conmovidos, reconocemos ahora en su terrible realidad. En el
Deuteronomio yahvé le da a su pueblo la fórmula para hacer realidad la promesa
de dominio sobre los demás pueblos: “Y prestarás a muchas naciones, y tú no
pedirás prestado”, he aquí que luego
deja en claro que si desobedecen sus órdenes tal dominio no podrá hacerse
efectivo y sorpresivamente los amenaza con el siguiente mal: “Él (extranjero)
podrá prestarte a ti, pero tú no podrás prestarle a él”. Dicha aserción es
equiparada a la ruina de Israel y es el castigo que les tiene preparado a
quienes no lo reconozcan como único dios. La fórmula se la deja aún más clara a
su pueblo en el capítulo 15 del Deuteronomio: “Al extranjero podrás prestarle a
interés, pero a tu hermano no le prestarás a interés”; “Pues el señor tu Dios
te bendecirá como te ha prometido, y tú prestarás a muchas naciones, pero tú no
tomarás prestado; y tendrás dominio sobre muchas naciones, pero ellas no
tendrán dominio sobre ti.”.
Grande es la sorpresa cuando encontramos en los tiempos
bíblicos un ejemplar antecedente de cómo el poder financiero se apodera de las
riquezas del mundo y lo lleva a la miseria y esclavitud: en dicho libro
“sagrado” podemos leer como José, ayudado por su dios yahvé, toma el poder en
Egipto, se apropia de todas sus riquezas y deja en la miseria al pueblo egipcio
siguiendo al pie de la letra la táctica que este pseudo dios recetara a su
pueblo elegido. Aprovechando la fluctuación entre la abundancia y la escasez,
todas las riquezas del pueblo fueron tomadas por José a cambio de la cosecha
recaudada como impuesto y almacenada durante los años de abundancia para luego
hacerla valer durante los años de escasez y apoderarse, primero del dinero,
luego del ganado, las tierras y hasta de los cuerpos tomados en esclavitud,
para finalmente imponer el tributo perpetuo sobre el trabajo de los egipcios.
Es esta misma estrategia, algo aggiornada, la que hoy es continuada por el
poder del dinero a gran escala en todo el mundo, sólo que la hipoteca sobre los
bienes y trabajo de la gente ahora es lograda a cambio del préstamo a interés y
regulada mediante la abundancia y escasez de dinero que los banqueros
internacionales manejan a su antojo, amparados por las leyes económicas de
todos los países. No resulta sorprendente pues que personas de la misma
confesión y que siguen al mismo dios, sean la enorme mayoría entre las filas de
la finanza internacional.
NOTAS:
1.- Según cuenta Feder en un artículo del Völkischer
Beobachter de 1920 (No. 72) también en 1918 lo presenta al gobierno del
judío-alemán Kurt Eisner en Baviera que, como era de preveer por sus orígenes
marxistas, no lo tomó en consideración, aunque Feder esperaba encontrar cierta
recepción a sus ideas en ámbitos socialistas. Cabe notar que Kurt Eisner había
sido declarado culpable de traición a la patria en 1918 por su papel en la
incitación a una huelga de trabajadores de municiones durante la Primer Guerra
mundial y luego de pasar nueve meses en prisión es liberado durante la amnistía
general de octubre de ese año, tras lo cual organiza la revolución que derrocó
a la monarquía en Baviera, declarándola un Estado libre y republicano.
2.- Asentado en el folleto "Guías del partido alemán de
los trabajadores" del 5 de enero de 1919.
3.- El 1% de los más ricos controlan el 48,2% de toda la
riqueza acumulada en el mundo, según un informe de expertos del banco Credit
Suisse en 2014, que entre otras cosas constata que sus ganancias aumentan tras
cada crisis, y que la brecha crece cada vez más.
4.- Todos los extractos textuales del libro de Feder,
“Manifiesto contra la usura”, son expresados en letra itálica.
5.- Suele ser difícil cuantificar los montos totales de la
deuda pues no se suele dar información oficial clara al respecto, y cuando se
la da se lo hace de forma desfigurada, pero podemos acudir con seguridad a los
trabajos de Héctor Giuliano, el a nuestro juicio el mejor especialista en la
temática, para hacer un desglose según los escasos datos oficiales. De ellos
podemos deducir que aunque oficialmente se dice que la deuda es de
aproximadamente 200.000 millones de dólares (MD) siguiendo también los datos
oficiales y sobre todo los proyectos de Ley de Presupuesto Nacional que el
poder Ejecutivo debe presentar para su aprobación al Legislativo, la deuda puede
ser cuantificada en un mínimo de 300.000 MD dado que el gobierno afirma que la
deuda es de 214.000 MD por Capital, 72.000 MD por Intereses a Pagar y 15.000 MD
por saldo de Cupones PBI, lo que da un total 301.000 MD en total. Pero esta
deuda es sólo en cabeza del Estado Central, pues en ella no se cuenta las
deudas provinciales ni municipales (sin datos precisos), las del Banco Central,
Empresas del Estado, Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios ni las Juicios
contra el Estado con Sentencia en firme, entre otras variables, que bien
podrían aumentar la deuda a 400.000 MD.
6. El pago sólo de intereses fue de 9.400 MD en 2011, 10.200
MD en 2012, 10.800 MD en 2013, 15.500 MD en 2014 y están previstos 18.600 MD,
según el desglose revelador realizado por Héctor Giuliano siguiendo los
informes del Ministerio de Economía. Si bien no reflejan del todo las
verdaderas cantidades al menos son las cifras oficiales y alcanzan de sobra
para tomar real magnitud del problema. Todos los datos los hemos tomados de sus
informes que se pueden encontrar en diversos sitios de Internet, como los del
Proyecto Segunda República, pues consideramos es el economista que mayor
claridad aporta a una temática ya de por sí pensada para ser expresada en
términos oscuros y que pocos tomen real dimensión. Giuliano cuenta además con
la ventaja de encontrarse alejado de los condicionantes y mitos de la política
moderna como para poder afirmar categóricamente que la deuda no es una variable
política sino un sistema de esclavitud con su propia lógica y fines oscuros,
además de que es el verdadero y absoluto condicionante de la crisis y los
problemas políticos y económicas.
7.- Hitler también se opuso a financiar cualquier tipo de
gasto con deuda, y se podrá recordar que durante gran parte de su lucha
política se destacó por su total oposición de los Planes Young (1929) y Dawnes
(1924), que institucionalizan en la Alemania desbastada por la crisis (tal vez
la peor de su historia) el sistema de endeudamiento para pagar deudas. En sólo
un par de años tras su llegada al poder pudo salir de la crisis y fortalecer a
Alemania hasta llevarla al primer plano mundial sin necesidad de empréstitos y
borrando totalmente a las finanzas de la política nacional.
8.- Argentina tiene además investigaciones judiciales por
ilegalidades en los procesos de endeudamiento – causas Olmos II, Megacanje 2001
y denuncia Olmos Gaona-Marcos, incluyendo nulidades ratificadas por el fallo
Ballesteros sobre la causa Olmos I – pero ningún gobierno se atreve, o
directamente no quiere, a investigarlas y la justicia hace lo posible por
demorarlas, todo lo cual no es otra cosa que traición a los intereses del país
para sostener el vasallaje a los poderes financieros.
9.- Margrit Kennedy: "Dinero sin inflación ni tasas de
interés", donde ha desglosado el porcentaje que el capital financiero
tiene en el valor de los productos y servicios en la actualidad. Sus cifras han
sido extraídas de la investigación del economista Helmut Creutz, quien
interpreta las publicaciones oficiales del Bundesbank (Banco Central de
Alemania).
10.- Existe actualmente en Argentina un mecanismo un poco
más complejo, ya que el gobierno sabe que esa enorme masa de dinero sin
respaldo creada sólo para pagar deuda pública generaría una hiperinflación
insostenible (La teoría económica oficial sí dice que la creación de dinero
genera inflación, pero olvida que si el dinero generado se utilizara en
proyectos productivos no lo generaría, como ya había demostrado hace muchos
años el economista Argentino Walter Beveraggi Allende en su libro “La teoría
cualitativa de la moneda”; reedición: ed. Sieghels, 2014), por lo que lo que
hace es quitar del circulante, o “esterilizar” ese dinero sin respaldo,
emitiendo Letras del Banco Central (LEBAC) y Notas del Banco Central (NOBAC)
que se pagan en efectivo y el Banco Central lo retiene. Lamentablemente esto es
sólo una solución a medias pues para que el dinero sea retenido por este medio
debe pagar altas tasas de interés (actualmente de aproximadamente el 30%) para
que no corra hacia el dólar u otras inversiones más fructíferas, lo que genera
más deuda pública y este dinero, que va a parar fundamentalmente al sistema
financiero, se quita al sistema productivo ya que este altísimo interés del 30%
indirectamente fija la tasa de interés del mercado, perjudicando a las empresas
productivas que necesitan créditos y deben encarecer sus productos, por lo que
en definitiva el alto costo lo pagamos todos los consumidores cuando compramos
los productos. La sustracción de dinero del mercado, por otra parte, no hace
más que aumentar la recesión al correr el dinero de su función original, que
debería ser de mediadora de intercambio de bienes y producción, no instrumento
de especulación y ganancias financieras mediante la usura.
Las LEBAC/NOBAC amenazan con convertirse también en un
verdadero problema ya que generan cada vez más deuda. A septiembre 2014 la
deuda en este concepto es de 30.700 MD, lo que equivale a casi el 70% de la
masa monetaria de todo el país. Todo esto no hace más que reafirmar la total
preponderancia de las finanzas y la deuda en la situación del país.
No es casualidad entonces que mientras todas las empresas
están viendo caer sus ganancias, cualquier ciudadano puede apreciar que cada
vez cuesta más ganar dinero, el sector financiero aumente, en plena crisis,
aproximadamente en un 30% con respecto al año anterior (esas son las cifras
oficiales del Banco Central al menos) sus ganancias, lo que lo convierte en el
sector con mayor crecimiento del país. La gente tiende a creer que se debe a
habilidad para los negocios, pero en realidad se trata de trampa y parasitismo
gracias a un sistema que ha prevalecido en el mundo tras haber vencido en la
Segunda Guerra Mundial, única vez que alguien les plantó bandera y vió su poder
tambalear.
11.- El volumen de dinero virtual ronda el 90% del total en
todo el mundo. Ver Joaquín Bochaca: “La finanza y el poder”, incluido en la
nueva edición de “El enigma capitalista”, Buenos Aires, Ediciones Sieghels;
2014.
12.- Argentina, además, ante una deuda incontenible, ha
pasado gran parte de la deuda al sistema público para poder privilegiar el pago
a acreedores extranjeros ya que ha utilizado ya el 60% los fondos de jubilación
del ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) para pagar la deuda,
ha tomado prestamos por aproximadamente el 45% del Activo del BN (Banco Nación)
-desvirtuando totalmente la función del BN que es brindar créditos productivos
a las PYMEs (Pequeñas y medianas empresas)- mediante la colocación de títulos
públicos en su cartera para poder pagar deuda, y ha finalmente descapitalizando
el BCRA (Banco Central de la República Argentina) tomando sus reservas para
poder hacer frente a la deuda en dólares en suma tal que prácticamente el 60%
de sus Activos están prestados al Tesoro. Toda esta enorme deuda intra-Estado,
empapelando el sistema público con papeles sin absolutamente ninguna capacidad
para pagarlos, podría llegar a ser una buena medida si se tienen ideas claras y
nacionalistas con que salir de ellas, pero lamentablemente el gobierno declara
que pretende volver a salir nuevamente al mercado internacional de capitales
(forma amigable de decir que se tomará más deuda externa) una vez solucionada
la crisis, lo que equivale a intentar solucionar los problemas de deuda para
poder tomar más deuda.
13.- Por cierto, nos gustaría acotar que seguimos sin
entender como se habla de libertad y derechos humanos cuando la mayoría de las
personas del mundo no puede gozar de gran parte de estos supuestos derechos
debido a la “tiranía más alabada de la historia”: la tiranía del dinero.
14.- Hoy en día está de moda explicar la propensión del
judaísmo a la usura por la convergencia de dos tendencias: por un lado, al
estar esta práctica prohibida para los cristianos, se convertía en una
actividad “vacante”, por otra parte, la marginalidad del judaísmo, perseguidos
y discriminados en toda época y en todo lugar, los hizo verse en la
imposibilidad de dedicarse a otras tareas y los “obligó” a dedicarse a la
usura. Curiosa justificación para un pueblo que ya poseía este mandato en su
religión fundacional, aun cuando otros “historiadores” citan frases de la
biblia prohibiendo la usura sin reparar que siempre se la prohíbe entre
correligionarios y se la permite para los extranjeros, como veremos más
adelante.
15.- Creemos no tiene ningún sentido hacer distinción entre
estos dos conceptos, aun cuando se suele definir a la usura como un “interés
desmedido”
16.- Podemos discutir si este plan existe o no, o sus formas
de implementación (aunque nosotros creemos que los protocolos de los sabios de
Sion son una excelente guía para descubrirlo), pero resulta más allá de toda
discusión que el control mundial es consustancial a la lógica capitalista de
búsqueda incesante de ganancias y de una psicología materialista congruente,
basada en la búsqueda de poder, que lo transforma en motor conciente o
inconciente de este plan.
17.- Ver: Joaquín Bochaca: “El mito de los 6 millones”, “Los
crímenes de los Buenos”, y “La historia de los vencidos”. Arthur Butz: “La gran
mentira del siglo XX”. Sigfried Castan: “¿Holocausto judío o alemán?”. Todos
ellos reeditados por Ed. Sieghels.
18.- Este tema suele causar repulsión en los cristianos,
acostumbrados a tomar como un único y mismo dios al del Antiguo y Nuevo
Testamento, pero siempre fue motivo de discusión en el cristianismo antiguo la
aceptación de Yahvé como el mismo Dios del que habla Jesús, y si bien el
catolicismo comenzó aceptándolo (discusión aparte y demasiado larga sería
analizar la ancestral lucha por las traducciones del Antiguo Testamento y todas
sus irregularidades a lo largo de la historia) dejó con el tiempo de aceptarlo,
hasta que recién tras el Concilio de Trento de 1545 se vuelve a aceptar
formalmente, e increíblemente, reunir el sanguinario dios del Antiguo
Testamento que prescribe la usura como arma predilecta de su pueblo elegido
para cumplirle su promesa bíblica “te daré en propiedad todos los tesoros de la
tierra, a tus pies han de yacer todos los pueblos de la tierra y tú reinaras
sobre ellos”, con el Dios Universal de Amor de Cristo en el Nuevo Testamento,
aquel que al enfrentarse a los judíos los llama hijos de la mentira que tienen
como padre al Diablo en el Evangelio según San Juan, 8. Asimismo, curiosamente
el Catolicismo nace aceptando la práctica bancaria para pasar luego a ser el
mayor opositor a la usura de la historia, hasta llegar a tiempos modernos donde
oficialmente calla ante la usura, más allá de voces de religiosos marginales.
Debería investigarse qué influencia tuvo el haber aceptado al padre de la usura
como Dios.
PREFACIO PARA EL 27/13 MILLAR
Hace 13 años apareció El manifiesto para el quebrantamiento
de la servidumbre del interés del dinero. Cuando publiqué en ese entonces este
escrito, que estaba esbozado en sus puntos esenciales, en medio de las
conmociones de los días de noviembre de 1918, yo mismo no podía creer ni
esperar cuan inmenso efecto aun iba a producir, pues al poco tiempo llegó a ser
fuente espiritual del Nacionalsocialismo. Adolf Hitler mismo escribe en su
libro Mein Kampf, al referirse a la historia del origen del Movimiento:
“Por primera vez en mi vida escuche una disertación
fundamental sobre el capital bursátil y prestamista internacional. Después de
haber oído la exposición de Feder, de inmediato me cruzó la mente el
pensamiento de haber encontrado ahora el camino hacia una de las premisas más
esenciales para la fundación de un nuevo partido. El mérito de Feder residía a
mis ojos en que había establecido con desconsiderada brutalidad el carácter
tanto especulativo como económico del capital bursátil y prestamista,
descubriendo su eterna premisa del interés. Sus argumentos eran tan justos en
todas las cuestiones fundamentales que los críticos de los mismos desde el comienzo
menos impugnaban la validez teórica de la idea cuanto más bien ponían en duda
la posibilidad práctica de su realización. Sin embargo, lo que así a los ojos
de otros era una debilidad de las exposiciones de Feder, constituía en los míos
su fuerza”.
Con el objeto de poner otra vez a disposición de nuestros
afiliados el texto de referencia, la editorial Franz Eher Nachfolger se decidió
a publicarlo nuevamente sin modificaciones. Es posible que en ciertos pasajes
la forma de expresión se en30
cuentre influenciada en gran medida por la conmoción
resultante del crimen de noviembre, pero a pesar de ello no considero factible
alterar en lo más mínimo la versión primitiva. El libro, por cierto, no es
obligatorio para el partido en todos sus detalles; pero las tesis y las
predicciones que están asentadas en él, se han cumplido plenamente en todos los
puntos sustanciales, y justamente su título con la demanda del quebrantamiento
de la servidumbre del interés, se halla tan en el centro del programa partidario
nacionalsocialista, que toda su concepción está ligada del modo más vivo e
íntimo con nuestro movimiento total.
Munich, pascua de 1932
Braunes Haus. (Casa Parda)
Gottfried Feder
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