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Pags 131
Libro con ilustraciones de la arquitectura NS
Los edificios, orgullo y sostén de los habitantes de las
ciudades y del campo, son documentos visibles de grandes épocas pasadas, llevan
siempre un sello propio donde se reflejaban el paisaje y la estirpe.
Con la preponderancia del capital privado y la
industrializción de las ciudades el dinero empezó a determinar la orientación y
el poder de los Estados como dador de forma vino a menos, creándose solo formas
arquitectónicas muertas.
La revolución de 1933 es para Alemania una transformación en
todos los terrenos de la vida nacional y un quiebre de la soberanía del dinero.
Paralelamente con la renovación política y social va el resurgimiento en el
aspecto cultural.
El Führer de Alemania, Adolf Hitler, se aplica él mismo a
esta tarea. Su preferencia va a la arquitectura. Los fines que se persiguen son
orden y claridad. Se pone mano a la obra radicalmente. Por de pronto no se
trata del «estilo», de la forma. Se trata, más bien, de lo fundamental: el
nuevo arte arquitectónico debe emanar de la nueva vida.
La forma, la expresión externa de los nuevos edificios,
emana de su contenido, de su significación y finalidad. Los edificios que
sirven a la colectividad son los grandes salones, los teatros y las salas de
fiestas. Los demás edificios nuevos del Estado y del Movimiento se agruparán a
éstos en grandes calles y plazas representativas dándoles homogeneidad. Estos
serán nuestras nuevas coronas de la ciudad, el centro de nuestras ciudades de
hoy. La forma y la expresión de estos edificios y salones de fiestas no tienen
precedente en nuestra historia. Porque la forma total está determinada por lo
nuevo y singular del contenido.
Esta obra arquitectónica crea edificios que deben perdurar
más allá de nuestro tiempo y que deben simbolizar a través de los siglos el
sentimiento de vitalidad, magnificencia y fuerza del hombre de hoy.
Por voluntad del Führer, una serie de grandes ciudades,
mediante el trazado de plazas y de calles representativas, recibirá nuevos
centros por los cuales se orientará la edificación en los tiempos venideros.
En los ocho años transcurridos desde la toma del poder por
Adolf Hitler se ha hecho perceptible en una serie de grandes edificios el nuevo
aspecto de las ciudades alemanas. Este libro, mayormente fotográfico, pretende
dar una idea de lo proyectado y de lo construido hasta ahora.
PRÓLOGO
En el programa de edificación de la Gran Alemania ocupa
lugar preferente la reforma de las ciudades alemanas.
Por voluntad del Führer, una serie de grandes ciudades,
mediante el trazado de plazas y de calles representativas, recibirá nuevos
centros por los cuales se orientará la edificación en los tiempos venideros.
En primer término está la reforma de la capital del
Reich. Asimismo se reformarán en igual sentido Munich como
la capital del Movimiento, el campo de los Congresos del Partido de Nuremberg,
Hamburgo como capital del comercio exterior y Linz.
En los ocho años transcurridos desde la toma del poder por
Adolf Hitler se ha hecho perceptible en una serie de grandes edificios el nuevo
aspecto de las ciudades
alemanas. Este libro pretende dar una idea de lo proyectado
y de lo construido hasta ahora.
ALBERT SPEER
Inspector general de
edificación de Berlín
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