Costo para la República mexicana $330 envío incluido
Costo para EUA, Canadá, Centroamérica y caribe 29 dólares
Europa 28 euros
Sudamérica 33 dólares
Envíos incluidos
Envíos a todo el mundo.
Peso 450 gr.
Pags 284
Pasta blanda
La vinculación del hitlerismo a una tradición milenaria,
necesariamente esotérica y, en todo caso, sugerente, es una tesis que Miguel
Serrano enunció en Chile con mucha anticipación al “Retorno de los Brujos” de
Louis Pauwels. Tras años de investigación, experiencias místicas en la India y
entrevistas con las personalidades más interesantes del siglo –Hermann Hesse,
Jung, Ezra Pound, Otto Skorzeny, Léon Degrelle- el autor nos ofrece en "El
Cordón Dorado" esa primitiva intuición en delirante despliegue. Gnósticos,
cátaros, rosacruces, caballeros templarios, caballeros de la Orden Thule, jerarcas
ocultos del Nacionalsocialismo peregrinan por las páginas de este libro
fantástico, encontrándose en insospechados monasterios y castillos librando
batallas astrales cuyos ecos recoge la historia y que se deciden según el
sentido de la swástika, símbolo que aparece inexplicablemente en épocas y
culturas aparentemente ajenas entre sí.
INTRODUCCIÓN
Lo que el maestro me dijo
Me parece que los años no han pasado; sin embargo, han
pasado. Me parece que no he envejecido. Poco a poco he ido realizando mi obra,
como si alguien me dirigiera. Por si los años realmente hubieran pasado, por si
en efecto hubiera envejecido, deberé dejar testimonio de ciertas cosas que sé y
que ningún otro tiene en el desván, guardadas durante más de treinta años, pero
nuevas, como de ayer, sin comunicar, sin usar hasta el presente. Se trata de la
última Gran Guerra, que fue tan grande como la del Mahabharata, y más aún,
porque señala el final de los tiempos, de todo un Manvantara, cósmico y
terrestre. Quien pretenda considerar esa
ntragedia como una Guerra Mundial más, no ha entendido nada de lo acontecido.
Los que la vivismos, aún en 'el último rincón del mundo', hemos sido marcados
en las esencias y nunca podremos olvidar.
Cuando la guerra terminó, hace treinta y dos años, era más
fácil hablar libremente y decir lo que se pensaba. Hoy, la atmósfera es densa,
las sombras ahogan, las cadenas impuestas por los vencedores se multiplican y
la verdad, o la luz, ya ha desaparecido;
nadie se atreve a decir aquello que aún fue posible ver y decir hasta cinco
años después de terminada la espantosa catástrofe. Los jóvenes nacidos entre
los tiempos son espíritus débiles (les gusta ser llamados 'hijos de Acuario'),
amasados, ablandados (no por las aguas de Acuario precisamente), puestos al
margen por la educación dirigida, por la propaganda, por la información
mediatizada y por la droga, el 'amor universal', las 'flores', la música del
final de la Lemuria, o por un terrorismo sin grandeza, sin Olimpo, sin luz de
dioses. Si más allá de las conciencias diurnas, en el inconsciente, o en un
superconsciente colectivo, pudiera aún captarse algún reflejo de verdad heroica
y viril, en medio de tanta insidiosa propaganda y literatura comprometida con
el demonio de la estupidez, para los que sean capaces de ese esfuerzo, voy a
hilvanar estas páginas. Y para los excombatientes, mis camaradas, prisioneros y
torturados en todos los Cáucasos del mundo.
Mi revelación no será anticuada, aún cuando haya permanecido
en un desván viejo de más de treinta años; porque la guerra no ha llegado a su
fin y porque hacia delante no hay más tiempo; sólo hay hacia dentro, hacia
arriba, o hacia abajo. Únicamente habrá tiempo en la comprensión de lo
acontecido. Y el hecho mismo de que hoy sea más difícil hablar que ayer y que
el miedo del vencedor vaya siempre en aumento, prueba que nada ha terminado y
que todo está pendiente, como antes de que sucediera. Y por ello las razones
que aquí revelaremos.
Hitler, un iniciado
En 'Ni por Mar ni por Tierra' y en 'La Serpiente del
Paraíso' he contado cómo llegué a encontrarme con mi Maestro y fui iniciado. No
insistiré en el tema. Básteme decir que jamás he dejado el sendero, aunque
siguiéndolo a mi manera, en medio de muchas dificultades, debiendo sobrevivir
en lucha continua conmigo mismo. La Orden es de guerreros. Y mi lealtad al
Maestro es de por vida y más allá de la vida.
Algo que nunca he dicho es que fue el Maestro quien nos puso
esotéricamente junto a Hitler en la Gran Guerra.
El Maestro nos dijo: 'Hitler es un iniciado, puede
comunicarse en astral. Desconozco quiénes son sus Guías, pero he decidido
ayudarle. Hitler es un ser de voluntad inquebrantable, definitivo, una vez que
ha recibido orden de actuar. Jamás vuelve atrás. He estado en comunicación con
él'.
Otro día nos explicó que Hitler tenía por misión transmutar
el Destino, en el vértice de los tiempos, dando a la tierra el impulso necesario
para su mutación, su transfiguración, que haría posible vencer la entropía
física, remontando el Kaliyuga, o Época Oscura, de Hierro; la transmutación de
todos los valores, única posibilidad de sobrevivencia. Hitler era el vehículo a
través del cual pasaba un rayo del Espíritu. En la iniciación había recibido la
fuerza del Vril, la energía victoriosa de Hvareno,o Farr. Contra él se
desencadenarían todas las fuerzas de las sombras y de la muerte, de la inercia,
de los elementarwessen, de los seres elementales. Por eso teníamos que
ayudarle. La Guerra iba a ser de dioses y demonios. Una Guerra Cósmica,
reflejada y dramatizada al máximo en la Tierra.
Cada uno de nosotros ayudó a su manera. Yo edité una
revista, 'La Nueva Edad', y en ella dejé vislumbrar algo de todo eso. Veinte
años más tarde, cuando los archivos de los procesos de Nüremberg fueron
abiertos a los investigadores, la sorpresa se ha apoderado de muchos; sin
embargo, las raíces secretas
permanecerán ignoradas. El Maestro, una vez más, ha sido confirmado.
Cuando el libro 'El Retorno de los Brujos', de Louis Pauwels
y Jacques Bergier, fue publicado, despertó gran inquietud y curiosidad, aún en
los marxistas. Por ese tiempo era yo Embajador en Yugoslavia, y fue el
Secretario General del Partido Socialista chileno, Raúl Ampuero, amigo de
Barreto, el 'Jasón' de mi 'Flor Inexistente0, quien me habló en Belgrado de esa
obra y de sus revelaciones sobre el Hitlerismo Esotérico.
Luego, Eugenio Gonzáles, a la sazón Rector de la Universidad
de Chile, espíritu selecto, ecuánime y profundo, socialista también, me buscó
en una de mis visitas a Santiago para conversar sobre las revelaciones de 'El
Retorno de los Brujos'. Recordaba que veinte años antes yo las había adelantado
en mi revista de combate. ¿Era eso cierto? ¿Era posible? ¿Cómo lo había sabido
yo en esos tiempos?
El Maestro ha sido siempre confirmado. Nunca se equivocó.
Con cinco años de antelación me dijo lo que le sucedería a nuestra patria:
'Chile llegará al fondo de la miseria y, desde allí, se levantará nuevamente
hasta ponerse a la cabeza de las naciones de América.' En aquellos momentos
pudo parecer una afirmación sin sentido. Pero él nunca declaró algo que no se
cumpliera.
Corroborados por los astros y por el Destino, no podremos
jamás decirnos, ni volver atrás, ni regresar de nuestras posiciones en el
combate, en la Gran Guerra Cósmica de los mundos. A la Guerra le debo mi
iniciación. Al Maestro el conocimiento del Hitlerismo Esotérico. El Maestro
nunca cambió de opinión. Si lo hubiera hecho, o me lo hubiera ordenado, yo le
habría obedecido. Pero no lo hizo. Nunca dijo que hubiésemos estado
equivocados.
Al abrirse los archivos del proceso de Nüremberg, escritores
franceses han comenzado a publicar libros sensacionalistas, al estilo de 'El
Retorno de los Brujos', llenos de inexactitudes, pero que se refieren al tema.
Estas obras no se traducen a otros idiomas, salvo algunas
editoriales españolas. Los anglosajones las ignoran, o pretenden ignorarlas,
porque son los que más saben. No desean que otros puedan sospechar. Los
alemanes no cuentas, con el pie del enemigo en la garganta, con una educación y
una propaganda dirigidas hasta en sus menores detalles, a fin de privar a la
nuevas generaciones de su tradición, de su verdadera historia. Los italianos
jamás se liberaron de la garra vaticana, que les ha marcado a fuego el alma con
el Index y que les empuja hacia el marxismo, su verdadero 'hijo del hombre'.
Por esto, porque no se publica, ni se transmite
universalmente lo publicado, anexaremos a este libro una extensa bibliografía
con las obras que tratan el tema, escritas su mayoría con intención aviesa, por
enemigos declarados del hitlerismo, pero que no se pueden dejar de mostrar,
pese a todo, su enorme desconcierto, su fascinación y terror ante lo que
definen como 'socialismo mágico', 'realismo
mágico'.
Vamos a comentar y transcribir a menudo párrafos de obras
que demuestran la preocupación por el misterio que se encubre detrás del drama.
Cómo era realmente
Adolf Hitler es uno de los personajes más extraños de la
historia conocida sobre la tierra. Si sobre Jesús se ha dudado que alguna vez
haya nacido, sobre Hitler hay dudas de su muerte. Si del primero no existen
testimonios históricos comprobados, fuera de la leyenda evangélica, que, de un
modo u otro se encuentra dentro del grandioso edificio construido por Pablo,
quien nunca le viera en 'carne y huesos', sobre Hitler existen testimonios aún vivos
de quienes le observaron y tocaron. Además, hay millones que pudieron
contemplarle en el cine, admirándose de su extrañísima apariencia, de su imagen
desconectada, como de otro planeta.
Durante mis diez años en India, vi yogas, místicos, magos,
hombres fuera de lo corriente, pero todos ellos semejaban a los humanos. Aún mi
Maestro era 'humano, demasiado humano'. Hitler no. Era sobrehumano, o inhumano.
No era de aquí. Mi primera impresión la tuve hace muchos años, al encontrarme
de pronto, en una vitrina de una calle céntrica de Santiago, con una foto de
Hitler. Llevaba capa y su actitud era tan poco natural, más bien ridícula, con
una mirada intensa, como tratando de impresionar a alguien, a un mundo
desconocido, extraño a él. Tenía bigotillo pegado sobre el labio superior y las
manos se crispaban una encima de la otra; tieso, como palo de escoba, para usar
la expresión de C.G. Jung, quien le comparaba a un espantapájaros. Mi primera
impresión fue así de rechazo, desagradable y risible. De seguro, como la habría
experimentado Pablo si en su caso hubiese existido la imagen, si también le
hubiera visto. Después, todo cambia, ya no se sabe más, todo se transfigura.
Aquellos que estuvieron con Hitler, como Otto Slorzeny, Leon
Degrelle, Hanna Reitsch y otros, con quienes he conversado, mantienen
impresiones contradictorias, haciéndonos ver que nadie le conoció
verdaderamente (salvo Rudolf Hess, quizás), porque a cada uno se le presentaba
de modo diferente, guardando celosamente su secreto. Excepción hecha de mi Maestro,
quien le viera en astral, donde nadie puede ocultarse ni disimularse.
Y su impresión ya la hemos descrito: Un ser de voluntad de
acero, un vehículo de un rayo de otro mundo, de una energía transmutadora de la
tierra y de la humanidad. Para llegar a ser un agente de esta especie, Hitler
se hizo naturista y era casto. Por ello debemos pensar que las relaciones con
Eva Braun fueron como las de Jesús con Magdalena, en la leyenda crística, como
las del alquimista con su soror mística, o las de un guerrero cátaro con su
amaxia uxor, su Esposa Espiritual. La presencia de la mujer, de su energía
telepática, comunicante (como, a la inversa, lo es la del rey con la reina de
las termitas), las tensiones que despierta, son necesarias para un mago
tántrico, para un vehículo de esta clase.
Mas, de seguro, la Esposa Mística de Hitler no fue Eva
Braun, sino otra. Así como la primera compañera de Adán tampoco fue Eva, sino
la misteriosa Lilith, o Haisha, Ayesha, la Mujer Interior, la que aún no ha
salido, o la que ha vuelto, o la que estado siempre afuera. Eva es aquella
presencia extraña, concomitante, que apareció subrepticiamente, de improviso,
como un 'ladrón en la noche' y se apropió del Rostro de la Predestinada. Es muy
posible que aquí se encuentre la prueba decisiva para el iniciado. Su derrota
sería, entonces la traición a Lilith-Ayesha, a la muerta-desaparecida,
aceptando a Eva, la furtiva, la de carne y huesos corruptibles y que toma el
lugar de la Esposa Mística. Se conoce que Napoleón es dejado por los astros
cuando abandona a Josefina y Jasón cuando es infiel a Medea. En algún registro
del Universo hay señalada una sola Esposa Espiritual para cada héroe, para cada
mago. Y el que la abandona, será a su vez abandonado.
Lo que pudo ser
Al comienzo de la guerra, el Maestro nos dijo: 'He visto a
los ejércitos de Hitler invadir Inglaterra. Llegaban hasta el palacio real y
hacían prisionero al rey.'
Esto permanecía entonces escrito en la Memoria Akhasica, en
su no tiempo, en el Círculo del Eterno Retorno.
Pudo ser, debió ser. Estaba permitido. ¿Por qué no sucedió?
Hoy sabemos que Hitler impidió a sus generales avanzar hasta Dunkerque,
arribando antes que las tropas inglesas en retirada, cercándolas y
destruyéndolas. La guerra habría terminado, los ingleses estaban inermes en las
islas. ¿Quién convenció a Hitler, quién se lo impidió? Skozerny refiere, en su
libro 'La Guerra Desconocida', la traición del Almirante Canaris. André
Brissaud, en su obra sobre este almirante. Jefe del Contraespionaje de las
Fuerzas Armadas alemanas, relata su doble trabajo a través del hijo de
Haushofer, quien influía en Hitler a través de su discípulo Rudolf Hess,
convenciéndole de no invadir Inglaterra. El argumento se apoyaría en la leyenda
hiperbórea: Inglaterra era aria, un resto del continente hiperbóreo, tierra de
Merlín, del Gral, de los caballeros de la Mesa Redonda, la Engeland de Meyrink
y de Jonh Dee el alquimista, la 'Tierra de los Angeles', de los Tuathas de
Dannan, la Tierra de los Muertos de la Sacra Tule. Hecatae de Abdera, 400 años
antes de nuestra época, ser refiere a las Islas Británicas como Hiperbórea y a
Stonehenge como el 'templo redondo dedicado a Apolo, quien visitaba Hiperbórea
cada diecinueve años, cuando las estrellas completaban su revolución'.
Inglaterra sería la potencia marítima de la raza blanca y Alemania la potencia
terrestre. Hitler envía al iniciado Rudolf Hess a establecer el Pacto Sagrado
con los restos de Hiperbórea.
Existen ya pruebas de todo esto.
El cuerpo astral
Paracelso utiliza la expresión 'Cuerpo Astral' para señalar
la entidad que en el hombre recibiría la influencia y energía de los astros.
Este cuerpo sutil fue llamado Eidelon por Agripa. Al igual
que el alma, perece si no se une al Espíritu. Es el trabajo de la Iniciación.
Los magos y ciertos iniciados pueden proyectar esa entidad fuera del cuerpo
físico, 'materializándolo'. Los tántricos llaman a este 'cuerpo' Lingasaira y
los sankyas, Sushnasarira. René Guenón dice que el hombre habría sido creado en
varios mundos a la vez, habla de 'vidas paralelas', además de 'mundos
paralelos', de 'racimos de vidas' instantáneas, que se estarían viviendo al
mismo tiempo, aún cuando, por lo general, somos concientes de una sola. Los
Tulkus las vivirían todas concientemente. (Más adelante nos referiremos a la
doctrina tibetana del Tulku).
Para el hombre corriente, las secuencias de la conciencia
serían la 'reencarnación' y también el "Anillo del Eterno Retorno",
la vida y la muerte. Para el Tulku no; está en todas partes a la vez,
concientemente en todos los mundos paralelos.
El Maestro veía a Hitler en 'Cuerpo Astral', como hemos
dicho. Y Hitler le veía también. Un día me contó:
"Fui muy alto, a la cima de una montaña, donde hay una
casa de piedra. Dentro, mirando con un catalejo, a través del vidrio del
ventanal, estaba Hitler. Me vio llegar y me hizo señas, con una mano para que
me alejara:
'Viajero, sigue tu camino', me dijo".
Otro día el Maestro me reveló el hecho quizás más
extraordinario y que debería marcar el momento definitivo del drama: "Me
vi de pronto frente a Hitler", me explicó. "Estaba muy cerca, de
manera que tenía un rostro frente al mío. Agitando el índice de mi mano
derecha, casi rozándole, le decía en tono enérgico: 'Usted llegará hasta la
reivindicación de sus colonias y no dará un paso más'. Esto último se lo
repetía: ¡Y no dará un paso más!".
Eran los tiempos en que Hitler había vencido a Francia,
invadido los países nórdicos y detenido sus ejércitos al borde del Canal de la
Mancha y de los Pirineos, tratando de conseguir inútilmente de Franco (que
participaba de la traición de Canaris) el paso hacia Gibraltar. Con mi Maestro,
meditábamos sobre el significado de la admonición. Me parecía absurda la
referencia a las colonias, al nivel de un tema tan trascendental. Muy pronto la
incógnita sería despejada: Rudolf Hess voló a Inglaterra y Hitler atacó a
Rusia.
Sobre el increíble vuelo de Hess, hoy sabemos que ofreció el
retiro de Alemania de todos los territorios ocupados al Oeste, la preservación
del Imperio inglés y de su potencia marítima. Pedía sólo la devolución a
Alemania de sus antiguas colonias africanas. Se preparaba la gran cruzada hacia
el Este, el retorno a Asgard, a Tule, a la Patria Primigenia, yendo a través
del Paraíso de los Ases del Cáucaso. El Gran circuito Polar de la Svástica
Dextrógira. El símbolo del Retorno a la Época Solar y del fin de la involución
del Kaliyuga.
Mas, para esto era ya tarde, o demasiado temprano. No estaba
permitido. ¿Qué pasó? ¿Por qué Hitler desobedeció? Una vez consulté a Skorzeny
sobre la decisión del ataque a Rusia. Para él no cabían dudas, era inevitable y
necesario, estaba de acuerdo con la temática del nazismo. El pacto con Rusia,
en cambio, había impuesto una extrema tensión mental a los dirigentes, siendo
una contradicción a los fundamentos del nacionalsocialismo. Esto era evidente
para el Führer.
Sin duda, pero insisto, era demasiado tarde, o demasiado
temprano. Tarde, porque no se invadió Inglaterra; temprano, porque no se podía
combatir en dos frentes, lo que también venía a ser una contradicción con
principios declarados... Siempre que se deseara ganar físicamente la guerra.
Sueño con Stalin
La noche de la invasión a Rusia tuve un sueño, casi una
visión. Vi a Stalin asomado en un balcón. Abajo, en un aplaza, se agrupaba una
muchedumbre. Stalin hacía un gesto con su mano, como un sacerdote, o guía,
abatido, temeroso del futuro. Vacilaba. Este sueño me impresionó. Dos veces he
soñado con Stalin durante la guerra. La segunda fue casi al final. Le veía
consultando, con sus ayudantes, archivos sobre la organización del Vaticano.
Un hecho que nunca se menciona es que, siendo seminarista,
Stalin vivió por un tiempo en Roma con los jesuitas. ¡Siempre los jesuitas!
También Wiesshaupt, fundador de los iluminados de Baviera, estudió con los
jesuitas. Los iluminados tuvieron gran influencia en Lenin; sus tácticas y
principios son aplicados en la revolución rusa.
Me sucede, en ciertas ocasiones, que no necesito ver los
hechos, ni estar presente, para saber cómo han sucedido. En relación con el
tema de la guerra, recuerdo que, poco después del ataque a Rusia, me encontré
en la calle, con mi tío, el poeta Vicente Huidobro. Caminamos un trecho juntos
y el argumento de nuestra conversación recayó inevitablemente en el conflicto.
El estaba contra Hitler. Con la vehemencia que le caracterizaba, se detuvo un
trecho para decirme: "Hitler es el único que no sabe que ha perdido irremisiblemente
la guerra". Y había tal convicción en sus palabras, que tuve la certeza de
que él venía de algún sitio donde se lo habían asegurado, porque ya lo sabían.
Y fue como si yo hubiera estado allí y hubiera escuchado también. Se trataba de
una Logia masónica, donde se le explicaría que el pacto mundial contra Hitler
se había sellado y todos los resortes en manos del judaísmo, en este mundo y en
los otros, entraban a funcionar fatalmente, irreversiblemente. Incluían la
Masonería Internacional, las Iglesias católicas y protestantes, los rotarios,
la Cruz Roja, el socialismo, el comunismo, todo el mundo democrático y el gran
capital. Hitler estaba perdido, el frente del enemigo era gigantesco,
invencible, dirigido, además, por fuerzas extraterrestres, por el Príncipe de
la Esclavitud y de las Sombras.
Años antes, Vicente Huidobro me había insinuado entrar ala
Masonería. En su pecualir manera de expresarse, me ofreció: "Si te portas
bien, Miguel, te llevaré donde te darán el triunfo." Sin que me lo
explicara también supe de lo que se trataba. Curioso, curioso, porque Huidobro
era un espíritu rebelde, de un orgullo casi satánico, que no obedecía órdenes,
ni necesitaba ayuda de esa especie. Intentó así cambiar su registro cósmico, el
de su sangre. Y esto se paga con la muerte del Espíritu de la Raza. ¿Será algo
semejante lo que le sucedió a Hitler, al desobedecer? ¿Intentó un cambio en la
dirección de un astro, entrando a depender de otro, del cual no provenía (el
del tibetanos o japoneses), del que no caía el rayo que por él pasaba? ¿O bien
Medea lo había abandonado y ya no podría conquistar el Vellocino de Oro en las
cimas del Cáucaso?
Un misterio hasta hoy impenetrable es la relación del
hitlerismo con el Tibet, con la Mongolia y con una India que no es la que
corrientemente se conoce. Una India anterior, subterránea. Los caballeros
Teutones y los Barones bálticos (Rosenberg era un báltico) trataron de seguir
el camino del retorno de la Svástica Dextrógira, como el barón Ungern von
Sternberg, de quien nos habla Ossendowsky en "Bestias, Hombres y
Dioses", y también el Donde de Keyserling, otro báltico, en varios de sus
libros.
En 1926 se establecen en Munich y Berlín colonias tibetanas
e hindúes. En la última batalla de Berlín, tibetanos e hindúes luchan junto a
los SS. Se afirma que las revelaciones sobre judíos y gitanos vienen del Tíbet.
Es posible que tibetanos y mongoles estuvieran a cargo, como guardianes, en la
superficie terrestre, de
las entradas al mundo subterráneo de Agarthi y Shamballah,
refugio de los grandes Guías hiperbóreos.
En verdad, Shamballah es KAMBALA (K. B. L.), centro del
hitlerismo esotérico. Su entrada estuvo por Shigatse o por Gyangtse. Mis
investigaciones me han llevado a creer que por allí se encontraba también
nuestro Centro. Entonces, las relaciones del hitlerismo no eran directamente
con los tibetanos o con los mongoles, sino indirectamente, mientras éstos le
facilitaban el contacto, el paso y los mensajes físicos con los hiperbóreos del
mundo sumergido. Aquéllos eran sus servidores (¿fieles?) guardando los puntos
mágicos de acceso. Espero que allí no se haya producido una confusión
provocada, pasándose mensajes falsos, adulterados. En todo caso, tibetanos y
mongoles son hoy esclavos de potencias sombrías del mundo externo, tras le
pérdida por el hitlerismo de una etapa de la Gran Guerra. Alguna razón profunda
habrá para ello.
En mis visitas a Berchtesgaden siempre me ha llamado la
atención una vibración telúrica, algo en el aire que conecta instantáneamente
ese punto de los Alpes con los Himalaya y Transhimalaya tibetanos; el alto
refugio de Hitler, con Lhassa del Dalai Lama, con Kambala. Por algo, el
hitlerismo esotérico eligió ese punto terrestre, lleno de conexiones directas,
de vibraciones magnéticas y estelares, como centro sacro de su Nuevo Orden,
evitando realizar allí el combate físico final, que pudiera dañar esos parajes.
Berchtesgaden estaba casi todo horadado por túneles y pasillos subterráneos. El
observador intuitivo notará una gran diferencia entre las alturas de
Berchtesgaden y cualquier otro lugar de los Alpes austriacos o de Suiza. No
existe comparación posible. En cambio, hay similitud con Montsegúr, aún en la
ubicación del castillo de los cátaros y del Nido de
Águila de Hitler, en la cumbre de una empinada montaña.
Hay que recordar, además, que el hitlerismo esotérico
llamaba significativamente a este refugio Gralsburg, o sea, Castillo del Gral.
También en Montsegúr hay conexión 'instantánea' y 'directa' con el Tibet.
Existen una geografía y una geometría sacras, secretas, en
oculta correspondencia con una arquitectura también sacra, como fue la de los
templarios, por ejemplo, y la de Hitler que, desgraciadamente, no alcanzó a
desarrollarse totalmente. Ante los restos o ruinas de los edificios hitlerianos
se experimenta algo así como una pronta "salida", o conexión, con el
más antiguo Egipto, o bien, con un Universo apenas insinuado, con todo un plano
de existencia distinto, al cual se pudo pasar por esa Puerta grandiosa que se
estaba entreabriendo, por medio de una bilocación o trilocación del espacio y
de la mente. Un repliegue de ambos. No es una casualidad que el Mago Hitler se
sintiera antes que nada Arquitecto.
Supo que debía perder
Sin embargo, con las nuevas coordenadas del Destino que
entran a darse después del ataque a Rusia, el drama se amplía hasta salirse
visiblemente de este mundo y abarcar el Universo. Ya no existe la posibilidad
de realización del sueño sobre la tierra, en su pureza primigenia, hiperbórea
(tal vez nunca existiera en este punto crucial del Kaliyuga), de retorno a la
Edad Dorada. Ahora Hitler ha levantado todos los niveles del drama hasta un
grado de tensión irresistible y que él mantendrá hasta lo último, pero que
muchos de los suyos serán incapaces de soportar. Le queda una última
posibilidad: hacer reconocible al Enemigo, descubrirlo de una vez para siempre,
polarizando maniqueamente el Combate Cósmico entre dioses y demonios, entre luz
y sombra, entre fuego y hielo, "horbigerianamente", en ríos, mares de
sangre, sabiendo que se perderá aquí y ahora, para ganar allá y después,
simultáneamente, en un mundo paralelo. Porque si ganara ahora y aquí, ya no
sería el mismo ideal y el mismo sueño del comienzo, obligando a incluir en el
combate de las estepas, junto a sus huestes hiperbóreas, a aquellos que no
saben con su sangre, que no creen, porque no son de la raza pura de los
guerreros polares de Lucifer, de la Estrella de la Mañana. Han venido los
fascistas italianos no esotéricos, los franceses, los españoles de Ignacio de
Loyola, los católicos, los hindúes que sólo luchan por su independencia
nacional, los tibetanos, los japoneses de otro planeta (que por lo mismo no
atacan a Rusia) y hasta los mismos rusos. Todos los objetivos limitados que
pudieron cumplirse con el ataque a Inglaterra, la "reivindicación",
como diría mi Maestro, ya no lo era más. Pero tal vez nunca lo fuera. O Hitler
y los dioses quisieron algo más grande, más tremendo, más fundamental.
Al revés de lo que pensaba Huidobro, Hitler sabe que está
vencido, que deberá ser vencido, ahora y aquí, para retornar triunfalmente al
final de los tiempos, al 'cumplirse su Milenio'. Por ello deberá combatir sin
capitular, abriendo los ojos de aquellos que en el mundo aún pueden ver, sobre
la razón metafísica de la Guerra, desenmascarando al Enemigo.
El hitlerismo, al igual que los templarios antes, conoce que
no podrá cumplir aquí su programa, porque ha sido desvirtuado en el combate y
por la condición natural de los tiempos. Se ha desgastado. Únicamente la sangre
del sacrificio lo hará renacer depurado desde sus cenizas, en su pureza
esotérica. Porque "el color de la sangre no se olvida, es tan rojo, tan
intensamente rojo" como decía mi amigo Jasón, allá en los años. Y
"porque la sangre de los héroes llega más cerca de Dios que el conocimientos
de los sabios y la plegaria de los santos."
Los dioses, que saben que no pueden morir, admiran y quizás
envidien el coraje sublime de los héroes que no saben que no pueden morir y,
sin embargo, entregan voluntariamente su única vida por un ideal, por un sueño.
¿Existe algo más bello? El sacrificio mayormente apreciado
por la divinidad máxima, Odín, o Wotan, es la muerte heroica del guerrero, la
que produce los mayores frutos extraterrenos. Por ello los inmortaliza en la
cumbre del Walhalla.
Hitler está vivo
A pesar de todo, era tal la energía de aquel ser y de su
gente que estuvieron a punto de ganarle al mundo en ese combate de titanes, de
estrellas y galaxias.
Mi Maestro también vio a Stalin. Le decía: "No podemos
más; estamos con el agua al cuello." Eran las postrimerías de la guerra.
Otro poco y todo se cumpliría. Pero el Destino trabajaba: no podía cambiarse.
Para mnel ataque a Rusia se perdieron dos meses decisivos, debiendo Hitler
ayudar a Mussolini en Grecia y Yugoslavia. En sólo dos meses conquistó estos
dos países; pero los perdió para el verano ruso. Fue fatal. Se aproximaba el
final. Vino el desembarco en Normandía y en Italia. La tenaza comenzó a
cerrarse. Entonces, mi Maestro escuchó la Voz. Era una sentencia enigmática,
que aún hoy no se cómo interpretar: "Ve adonde
esa mujer, que teniendo el poder en todas partes no supo
reivindicarse". ¿A quién se refería? ¿A Alemania? Y después, otro día:
"En el cielo se ha permitido a Hitler efectuar un acto de suma
sorpresa". No mucho más tarde se desencadenaba la inesperada ofensiva de
las Ardennes, con los SS y las últimas fuerzas
escogidas de Hitler. Casi, casi, dobló aquí el Destino. Leon Degrellé me
ha contado que todo se perdió por falta de combustible para los tanques y los
camiones y que, sin embargo, pasaron sin ver, a causa de la nieve y la niebla,
junto a enormes depósitos de gasolina abandonados por los norteamericanos en su
retirada.
En el Apocalipsis, en el Crepúsculo de los Dioses, sucumbió
Berlín y el refugio subterráneo de Hitler fue inundado pro las llamas y la
metralla, envuelto también en la música de las esferas, ejecutada por los
héroes del firmamentos. Sin embargo, Hitler no murió allí. Fue transportado
vivo, lejos de esos territorios.
Por aquellos días, uno de los discípulos mayores, hoy
también desparecido como mi Maestro, se vio en astral con Hitler; le
preguntaba: "¿Me admitirán entre ustedes?"
Desde tiempo atrás Hitler tenía informaciones directas sobre
América del Sur, enviando a investigar a Paul Rohrbach, estudioso del
pensamiento alemán y sus conexiones con el mundo. Le hace ir también al Asia
Central, Tibet e India. Estamos citando sólo un nombre. La mayoría de los otros
enviados fueron desconocidos.
Cuando todo hubo terminado, mi Maestro escuchó otra vez la
Voz que siempre le hablaba: "Fue víctima de sus propias creaciones
mentales", le decía. Y entonces vio un espíritu femenino, blanco, que se
desprendía y alejaba de una región de la tierra donde había estado encarnado.
Era un bello espíritu luminoso. Mi Maestro pensaba que fuera el Espíritu de
Alemania, su Alma Colectiva, que la abandonaba. Si observamos la Alemania de
hoy, tan diferente, un país de fantasmas obesos, materialistas, país sin alma,
la conclusión sería justa. Podría ser también a este Espíritu Femenino al que
se refería la Voz cuando dijo: "Ve donde esa mujer..."
Pasó el tiempo; del cielo caía esa lluvia de sombras
envolventes. Los tentáculos del vencedor iban cubriendo mares, ciudades,
continentes. El odio y la venganza, el plan cuidadosamente preparado, la mentira
insidiosa, centrados en la educación de la juventud, llevados hasta el alma del
niño y del adulto, con el terror al hambre, a la persecución, a la tortura, a
la miseria material y moral, reemplazaban el clima heroico, la grandeza solas,
los valores de las luz transparente, de la belleza luciferina, del Gral, de la
Esmeralda de Hermes, de la Estrella de
No hay comentarios:
Publicar un comentario