Costo para la República mexicana $230 envío incluido
Costo para EUA, Canadá, Centroamérica y caribe 22 dólares
Europa 22 euros
Sudamérica 26 dólares
Envíos incluidos
Envíos a todo el mundo.
Peso 255 gr.
Pags 139
Pasta blanda
La concepción doctrinaria del Nacionalsocialismo ha sido
completamente ocultada a los ojos de los pueblos a través de una montaña de
mentiras, contando para ello, los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, de
absolutamente todos los medios de manipulación masiva.
Nada más indicado para aprehender la verdadera esencia de la
cosmovisión hitleriana que recurrir a su fuente más autorizada: la Biblioteca
Oficial del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (N.S.D.A.P.).
Precisamente el Cuaderno Nº 1 de la misma lo constituye EL PROGRAMA
NACIONALSOCIALISTA, analizado por su Director, el célebre Gottfried Feder
-designado expresamente por el Führer responsable de la difusión y definición
ideológica -, autor del no menos célebre Manifiesto para el quebrantamiento de
la servidumbre del interés, uno de los ejes del Nacionalsocialismo.
Esta centralidad resulta acentuado por el énfasis que los
nacionalsocialistas pusieron en mantener inalterable sus postulados. Declinando
a, como lo hacen los demás partidos, adaptar el Programa a las llamadas
circunstancias y adaptando, en vez, las circunstancias a el Programa tomando
control por sobre lo circunstancial... Adolf Hitler declaró en el Congreso de
Dirigentes del Reich: "Las cuestiones programáticas no ocupan la atención
del Congreso de Dirigentes: el Programa está fijado y no toleraré jamás que se
sacudan los fundamentos doctrinarios del Movimiento". Así fue hecho, y así
hoy en día podemos estudiar sus fundamentos tanto en teoría como en la
práctica.
PRÓLOGO DE FEDERICO RIVANERACARLÉS
La concepción doctrinaria del Nacionalsocialismo -cuya
enorme significación histórica huelga resaltar- ha sido completamente ocultada
a los ojos de los pueblos a través de una montaña de mentiras y de burdas
patrañas e incluso, paradójicamente, hasta no pocos de sus partidarios actuales
poseen sobre él un conocimiento rudimentario. Durante la existencia del Tercer
Reich, la imperiosa necesidad de contrarrestar, aunque fuera parcialmente, la
descomunal y calumniosa propaganda aliada, impidió la divulgación masiva fuera
de Alemania de los textos fundamentales de un pensamiento filosófico-político
al que puede calificarse sin exageración, como el más revolucionario de la
historia.
La agobiante e ininterrumpida campaña de acción psicológica,
de escala mundial, orquestada por el judaísmo internacional y sus agentes
liberales y marxistas ha cubierto de ludibrio y de fango todo lo que sea
Nacionalsocialismo y esto ha sido realizado de modo tal, que para la mayoría de
la gente se trata de un movimiento de feroces y peligrosos monstruos
preocupados exclusivamente en someter al universo y satisfacer sus enfermizos y
sádicos instintos. En semejante clima, hábilmente prefabricado, no puede pretenderse
no ya la menor simpatía por los camisas pardas, sino ni siquiera interés alguno
en conocer su ideario.
Se puede sostener cualquier ideología por más absurda y
antinatural que ella sea, se puede profesar abiertamente el marxismo -que
circula tranquilamente por el mundo libre -, pero los campeones de la libertad
de pensamiento (una de las muletillas utilizadas contra la Alemania de Hitler),
no permiten que nadie proclame su fe nacionalsocialista, bajo amenaza de ser
fulminado por los rayos de los dioses del Olimpo democrático. ¡Hasta se deforma
el nombre de la doctrina, llamándola peyorativamente “nazismo”!
Pese a todo, algunos sectores de las nuevas generaciones,
hastiados del infierno de la sociedad de consumo, no son ya atrapados por las
seducciones del “paraíso” rojo. Observan desdeñosamente las mistificaciones que
los rodean y los que aún no han abrazado el estandarte de la cruz gamada, han
comenzado a prestarle respetuosa atención, encontrando en él, con razón, una
atracción irresistible. ¡Es que empieza a descubrirse que los enemigos del
Movimiento Nacionalsocialista son justamente los verdugos y los explotadores de
la humanidad!
Nada más indicado para aprehender la esencia de la
cosmovisión hitleriana que recurrir a su fuente más autorizada: la Biblioteca
Oficial del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores (N.S.D.A.P.).
Precisamente el Cuaderno Nº 1 de la misma lo constituye EL PROGRAMA
NACIONALSOCIALISTA, analizado por su Director, el célebre Gottfried Feder
-designado expresamente por el Führer responsable de la difusión y definición
ideológica -, autor del no menos célebre Manifiesto para el quebrantamiento de
la servidumbre del interés, uno de los ejes del Nacionalsocialismo.
Resulta sumamente difícil hallar las palabras adecuadas para
poner de manifiesto la trascendencia, el sentido profundamente revolucionario y
la tremenda vitalidad histórica que trasunta este Programa que modelará, a no
dudarlo, el mundo del mañana.
Si bien EL PROGRAMA NACIONALSOCIALISTA es de una claridad y
precisión tales que, prácticamente, nos eximen de todo comentario cabe, sin
embargo, hacer una acotación en un punto crucial: el que se refiere al campo
económico-social. Un análisis superficial que no tenga en consideración todos
los datos del problema, puede hacernos incurrir en el grave error de suponer
que el Nacionalsocialismo defendió las estructuras capitalistas, tal como
sostiene la propaganda comunista. La lectura del Programa parecería ratificar
esta afirmación dado que, efectivamente, la propiedad individualista de los
medios de producción (que no otra cosa es el capitalismo) es, aunque con
reservas, aceptada. ¿Cómo se entiende esto? ¿Cuál es realmente la postura
nacionalsocialista en este aspecto? Veamos.
En primer término, reparemos que el Nacionalsocialismo, como
los restantes Movimientos nacionales del siglo, a diferencia del
demoliberalismo y del marxismo que son engendros de laboratorio, irrumpe en la
escena histórica como una reacción natural, biológica, de la Comunidad
avasallada, por tanto, es comprensible que encerrara inicialmente ciertas
falencias en sus formulaciones teóricas que con posterioridad serían superadas
sobre la marcha. Por otro lado, lo que cuenta en un movimiento revolucionario
no es la letra sino el espíritu que lo anima. Y precisamente en el espíritu
nacionalsocialista campea una radical y violenta oposición al capitalismo. ¿No
se habla en el Programa, acaso, de la lucha entre el Trabajo -encarnado por el
NSDAP - y el Capital - personificado en el judaísmo y los sistemas burgueses,
democráticos y marxistas, que le sirven dócilmente?-. ¿No dice Feder que el
Nacionalsocialismo es del todo distinto que el Capitalismo? Ha sido el propio
Hitler quien calificó a la tesis del “quebrantamiento de la servidumbre del
interés” -según podrá constatar el lector - como la esencia del
Nacionalsocialismo (que, por lo demás, no se denominó así por simple capricho u
oportunismo). Y la servidumbre del interés” es, a su vez, la esencia de la
sociedad capitalista.
La coyuntura especialísima en que se desenvolvió la
Revolución Nacionalsocialista, incidió negativamente sobre el desarrollo
orgánico de su posición anticapitalista. Al acceder al poder, Hitler se
encontró con una Alemania sumida en la ruina más indescriptible y cercada por
poderosísimos enemigos. Había, por ende, forzosamente que efectuar el proceso
revolucionario en dos etapas, la primera de las cuales tenía como fin la
liberación política y la construcción del Estado Nuevo, única manera de
enfrentar con alguna posibilidad de éxito a los enemigos externos que querían
impedir a toda costa la resurrección alemana (en la que estaba implícita la
resurrección de la Civilización blanca), lo que desgraciadamente a la larga
sucedió.
La segunda fase revolucionaria, la liberación total de la
Comunidad de las formas burguesas, debía quedar para más adelante, puesto que
las alteraciones en el ritmo de la producción que automáticamente trae
aparejada toda modificación de las relaciones en el seno de la empresa,
acarrearían inevitablemente consecuencias fatales para Alemania, que no se
hallaba en condiciones de derrochar energías de ninguna índole y que debía, con
rapidez fulmínea, volear la totalidad de sus fuerzas en el plano de la política
exterior.
Ante ello, el régimen nacionalsocialista evidenciando una
vez más su autenticidad revolucionaria, decidió llevar a cabo una serie de
experiencias pilotos en el ámbito económico-social, destinadas inteligentemente
a preparar el camino que la Nación transitaría en el porvenir, superadas las
graves contingencias del presente. En tal sentido se fomentó la creación de
empresas basadas en la propiedad comunitaria de las herramientas de trabajo
como la famosa Volkswagen, ejemplo de capacidad productiva y de eficiencia
técnica. Paralelamente, se instauró el Frente del Trabajo Alemán, cuyas
características eran las siguientes: 1. Integración de todas las empresas
industriales y agropecuarias de Alemania, a la que se definía -en este aspecto
- como una gigantesca comunidad de producción; 2. Modificación sustancial de la
sociedad anónima, lo cual significó: a. transformar las acciones en simples
obligaciones; b. traspasar casi íntegramente la plusvalía a manos del Estado,
quien la distribuía en función de las necesidades nacionales; el capitalista
recibía un ínfimo porcentaje que a partir de 1939 quedó reducido sólo al 3 %
anual; responsabilizar ante la Comunidad al jefe de la empresa del desempleo
eficaz de la misma. (Esta fiscalización se realizó por intermedio de diversos
organismos, el principal de los cuales era el originalísimo Tribunal de Honor
Social).
Asimismo se prohibió bajo pena de muerte el interés del
dinero, hecho inédito en las sociedades contemporáneas. El préstamo recuperó su
antiguo sentido comunitario, dejando de ser usura legalizada. El dinero volvió
a ser concebido como mero instrumento de intercambio de bienes y servicios en
lugar de medio de lucro y de opresión de la Nación, como sucede en la
democracia. La economía se apartó del patrón oro para basarse, como corresponde
a su naturaleza, en la capacidad de producción nacional.
Como puede comprobarse de hecho el Capitalismo había
desaparecido. Aunque no se podía en ese momento, como hemos visto, efectivizar
el cambio integral de la infraestructura económico-social, el sistema
nacionalsocialista no se limitó -como en otros países - a paliar o suprimir
sólo los efectos de aquél sino que lo hirió de muerte. La clase burguesa casi
no existía y había sido despojada de todo su poder.
En el terreno de las realidades concretas, ¿quién ha
aventajado al Nacionalsocialismo? El tan declamado socialismo de los países
marxistas es sólo una máscara que no logra ya disimular un brutal capitalismo
de Estado, más tiránico aún que el de tipo demoliberal por su grado de
concentración, en el cual una nueva clase de oligarcas lleva al paroxismo la
expoliación de los productores. El Nacionalsocialismo, en cambio, ha sido y es
el único movimiento genuinamente revolucionario y liberador. Es el verdadero
socialismo, esto es, la síntesis totalitaria y armoniosa que resulta de la
complementación orgánica de los conceptos de propiedad y de sociedad.
La circunstancia de que el régimen hitleriano haya tenido
sólo doce años de vida, la mayor parte de los cuales fueron absorbidos por la
guerra y sus prolegómenos, hacen aún más sorprendente y encomiable la inmensa
obra realizada. ¡Qué metas se habrían alcanzado con un margen sólo un poco más
dilatado de tiempo! Sus adversarios lo sabían y actuaron en consecuencia para
impedirlo. Valiéndose de las más descaradas y cínicas provocaciones, obligaron
al enemigo mortal de su intereses a una guerra prematura en la cual una colosal
desproporción de efectivos, frustró la empresa casi increíble de la Alemania
Nacionalsocialista.
Queremos señalar, por último, que la creencia bastante
extendida que circunscribe el Nacionalsocialismo a Alemania, es absolutamente
equivoca y entraña un prejuicio acientífico forjado deliberadamente por los
sofistas burgueses. Por el contrario, en tanto es la expresión orgánica del
orden social natural, posee validez universal e implica la única respuesta
histórica válida para nuestra hoy sojuzgada raza aria, creadora de las más
elevadas manifestaciones de la cultura y del espíritu humanos.
Adolf Hitler sucumbió voluntariamente con su pueblo -en la
catástrofe histórica de mayor dimensión que haya sufrido Occidente - en
cumplimiento del Programa que el lector tiene entre sus manos. A través del
mismo, sin embargo, el Führer sigue viviendo en sus fieles combatientes que día
a día se acrecientan. El Nacionalsocialismo constituye la garantía de su
eternidad.
De ahí la importancia excepcional que revista EL PROGRAMA
NACIONALSOCIALISTA, basamento inesquivable de un Nuevo Orden que
inexorablemente se impondrá y cuyos signos germinales comienzan a vislumbrarse.
FEDERICO RIVANERA CARLES.
Buenos Aires, octubre de 1975.
Notas:
1- A consecuencia del humillante “Tratado” de Versalles y de
la oprobiosa República de Weimar, impuestos por las Plutocracias vencedoras en
la Gran Guerra de 1914-18
2- Esta ha sido, básicamente, la fórmula que hizo posible
implementar una economía de guerra que convirtió a Alemania, en un par de años,
en la primera potencia militar del planeta, y conjuntamente en la Nación de más
alto nivel de justicia social, fenómeno incomprensible para los
seudoeconomistas burgueses y marxistas.
3- Dicho cargo, por lo general, no era ejercido por los
dueños del capital -cuyos derechos eran ya nominales - puesto que se trata de
una función - técnica.
4- En la propia URSS, además de sustraerse a los obreros el
producto de su trabajo, ha comenzado a implantarse paulatinamente el lucro en
las empresas.
5- Ello motivó la aparentemente inconcebible proposición de
Churchill de que serían reconocidas las exigencias germanas con la sola
condición de la vuelta al patrón oro que, como es sabido, es la clave del poder
judío mundial del que era testaferro el primer ministro británico.
6- Esta verdad irrefutable y trascendente tal fue
lúcidamente comprendida por las juventudes de toda Europa que la avalaron con
su sangre y su martirio en las legendarias divisiones de la Waffen-SS.
7- Las tensiones sociales que se traslucen en los reiterados
intentos de muchos de sus habitantes de abandonar el territorio y las
sublevaciones obreras y campesinas -aunque violentamente reprimidas siempre
latentes - acaecidas en casi todos los países torturados por el bolcheviquismo,
son las pruebas dramáticas de lo expuesto.
Objetivo Prioritario:
Ocultar qué era la Economía Nacional Socialista
Las realizaciones de esa Economía fueron tan considerables y
se dieron en tan corto tiempo, que sus adversarios han considerado
indispensable ocultaren qué consistía. Se le ha colocado encima una lápida y no
se les muestra a los universitarios ni a los alumnos de las escuelas de
economía
Es más uno de los móviles de la Segunda Guerra Mundial fue precisamente
acabar con dicha Economía, a fin de que únicamente rija la actual, encaminada a
la Globalización
El presente libro de Gottfried Feder es un documento útil
para los estudiosos de la Historia
Notas:
1- Todo esto es precisamente lo opuesto a la economía NS que
expone Gottfried Feder
2- Memorias. J.K. Galbraith; Edit. Grijalbo; 1982
3- LA Acción Humana. Tratado de Economía. Ludwig von Misas;
Editorial Sopec, S.A.; Madrid; 1968
4- Un ejemplo de enseñanzas desorientadas, no exentas de
cierto esoterismo científico, puede encontrarse en el Tratado de economía del
Precio Nobel Paul Samuelson. Edit. McGraz-Hill. 1980
5- Libro del Profeta Amós, 8, 4, 6 y 9, 12
6- La Enciclopedia UT.E.HA dice que, en boca de Jesucristo,
el término de mammonismo implica una tentación exagerada de riqueza que hace
pecar y perderse a los hombres
7- Se refería al ‘socialismo marxista”, que deformó el
sentido original del termino pues correctamente éste implica preeminencia de la
sociedad sobre el interés aislado de individuos o grupos.
8- Eso se promete en muchas Democracias, pero no se cumple.
9- Ha habido año en que México destine el 60% de su
presupuesto para pagar ‘el servicio de la deuda’, y para hacerlo ha tenido Que
emitir bonos u obtener otros préstamos
10- Hitler y oros funcionarios no cobraban sueldo
11- La Economia Nacionalsocialista. M Y Sweezy. Fondo de
Cultura México.1944. La investigación fue hecha en 1940
12- Memorias. John Kenneth Galbraith Edit Grijalbo. 1981.
Pag 240
13- Hess era el Secretario del Partido Nacional Socialista,
amigo íntimo de Hitler y uno de sus posibles sucesores
¡LA PATRIA!
EL REICH ALEMÁN ES LA PATRIA DE LOS ALEMANES.
En el contexto de nuestra patética posición actual, cada
palabra de nuestra demanda nacional sacude como un latigazo.
El “Reich Alemán”: ¿Dónde está el Reich Alemán hoy?
¿Actualmente Alemania, una miserable colonia, tiene algún
derecho en llamarse por el glorioso nombre de “país independiente”? ¡No!
Un país como Alemania, hoy, no se puede decir que está en
posesión de sus derechos soberanos. Ni aún el más extravagante experto en
ciencias políticas diría eso.
Los cinco derechos soberanos más importantes de las naciones
son:
• La
soberanía territorial;
• La
soberanía militar;
• La
soberanía financiera;
• La
soberanía administrativa;
• La
soberanía judicial.
Simplemente el nombrar estos derechos soberanos y
compararlos con la posición actual de Alemania, es suficiente para demostrar la
invalidez de la sentencia de que un Reich Alemán soberano exista hoy en día.
Nuestra soberanía territorial es una farsa. Cada vez que le
place, Francia nos ocupa sin hacer preguntas ni encontrar oposición. Asimismo,
checos, polacos, daneses pueden invadir Alemania sin obstáculos en el momento
que lo deseen.
El vilipendiado viejo régimen juzgaba las transgresiones de
la frontera de forma muy diferente.
En tiempos pasados, la penetración militar en territorio
alemán significó la guerra.
A fin de mantener la soberanía territorial, el estado
requiere de Fuerzas Armadas que sean capaces de rechazar ataques sobre su
territorio y sobre la vida y salud de sus ciudadanos.
Ningún estado soberano puede dejar a un poder extranjero
supervisar a su personal, armamento, equipo, bases, y así sucesivamente. Si
hace eso, obviamente, ya no es soberano. Ya no está en posesión de sus
instrumentos de poder. Ha cedido su soberanía militar.
Esto es lo que ha hecho Alemania subordinándose a sí mismo
al desarme e inspección de las Comisiones de sus enemigos.
Tal fue la magnitud de la subyugación de Alemania bajo los
términos del armisticio.
Perdimos nuestra soberanía internacional.
Una cierta soberanía doméstica todavía pudo haber sido
mantenida, pero inmediatamente después de la destrucción de estos medios
internos de poder, vino el retorno de la plutocracia que arruinó completamente
a Alemania.
Para empezar, la sucia inundación de Revoluciones se tragó
Alemania, luego la multitud de estafadores y usureros, los hijos del caos, los
traidores socialdemócratas y los desertores. Los delincuentes ocuparon las
posiciones más altas de gobierno, las que pronto compartieron con demócratas y
centristas. Detrás y por encima de todos ellos estaba el judío, el plutócrata
con sus negociados.
Pronto, aun los francmasones del así llamado partido
nacional fueron traídos, en particular el “hermano” Stresemann. Así, el último
golpe estaba preparado.
Sofisticadas transacciones y las regulaciones de Dawes
despojaron entonces a Alemania de su soberanía financiera, la cual fue otorgada
a un puñado de judíos poderosos, tanto extranjeros como internos.
Asimismo, el Reichstag perdió la posesión de nuestros
ferrocarriles junto con la soberanía sobre el transporte. Luego, entregó la vital
soberanía administrativa en las áreas de impuestos y derechos, los que hipotecó
y colocó bajo el control de los Comisarios de Reparaciones.
Poco queda por ser dicho acerca de la soberanía de nuestro
sistema de Tribunales.
Nuestras áreas ocupadas están bajo la administración de
tribunales militares extranjeros, el resto de Alemania está bajo decretos de
emergencia como la “ley para la protección de la república”.
La ambigüedad de la ley, robo organizado a nuestra gente por
las así llamada “reglas de evaluación”, obligó a nuestros tribunales a declarar
a lo injusto como legal.
Alemania ya no es más un estado soberano.
Alemania se ha convertido en una colonia de esclavos.
Los alemanes son reprimidos. Son echados a prisión y se les
prohíbe expresarse públicamente, por ninguna otra razón más que ser verdaderos
alemanes que se resisten a la esclavitud.
De seguro, nosotros queremos tener un Reich Alemán
nuevamente libre. Este futuro Reich Alemán libre debe ser el hogar de los
alemanes.
Esta Alemania venidera debe ser nuestra patria y no
simplemente la maquinaria de edictos policíacos. No sólo “el estado”, no
meramente una autoridad establecida, no simplemente el gobierno y las prebendas
de veinticinco casas reales, sino una patria verdadera.
Oh patria, palabra dulce y mágica llamando hacia primaveras
de deleite. Amor, que se encuentra en nuestra patria, familiar y hermosa,
soleada y adorable. La fragancia de la patria elevándose a todo alrededor, los
sentimientos de dicha empapan al peregrino que otra vez siente el suelo amado
de su patria bajo sus pies, a la que se encuentra ligado a través de primitivos
lazos de sangre.
Patria, madre que provees a todos tus hijos. Cada alemán se
siente a salvo y seguro en el Reich Alemán, el ancestral suelo alemán, la
Patria alemana.
El sentido de seguridad es el elemento esencial en el
concepto de Patria. De ella crece la dulce flor, el amor por la tierra natal.
No hay mayor bien para un país y su gente.
Es mucho más que la mera política social o el seguro contra
desempleo. Es más que un programa de vivienda, aunque una casa propia es la
mayor motivación para cultivar el amor por la tierra natal.
La Patria es más que un Estado Imperial al que se sirve,
algunas veces voluntariamente, otras bajo coerción.
La Patria es mucho más que simplemente el gobierno del
Reich, Estado o Ciudad, más que la representación de intereses profesionales,
más que el proveedor de comida y el protector de la persona y la propiedad.
Todas estas organizaciones públicas contribuyen al concepto
de Patria.
Al igual que en una familia digna de tal, el concepto de
“regreso a casa” ejerce una magia especial; incluso lo mismo que un cuarto en
el cual uno reside, o aun la celda de una prisión, la Patria es algo
indescriptiblemente sensible y sutil, y sin embargo poderoso. Está muy por
encima de los miserables pensamientos de utilitarismo de grupo, del
democrático-liberal parlamentario concepto de sociedad, al que el “Estado” representa.
Notas:
1- A pesar de todos los males que aquí se describen, una de
las peores crisis de la historia, la Alemania Nacionalsocialista, con la
aplicación del Programa que aquí se presenta, y con la firme voluntad de
gobernar según principios inmutables, se convirtió milagrosamente y en muy
corto tiempo en la gran potencia mundial. Con el esplendor del Reich, quedaron
en evidencia las mentiras de las teorías políticas y económicas del sistema de
opresión de los pueblos e instalación de la miseria y decadencia que vivimos
nuevamente en la actualidad, como si una alternativa al sistema
democrático-plutocrático no fuera posible. Sólo les quedó el ocultamiento, la
injuria y perversión de la historia para acallar este ejemplo. Con la edición
del Programa del NSDAP pretendemos mostrar las bases teóricas con las cuales el
cambio fue posible (N. d. E.)
PREFACIOS DE GOTTFRIED FEDER
El Congreso Partidario de 1926, en Weimar, decidió iniciar
la publicación de una serie de textos que, en forma sintética y orgánica, se
ocupen de todas las áreas importantes de nuestra vida política. Estos cuadernos
han de proporcionar una imagen unitaria y fidedigna de la posición del
Nacionalsocialismo con respecto a los distintos problemas comunitarios,
indicando con precisión la metodología adecuada a las deficiencias y los
errores.
Se trata, por consiguiente de examinar exhaustivamente “cuál
es la situación”, luego indagar científicamente “cómo llegó a producirse para
después, construyendo creativamente, dar respuesta a la cuestión vital: ¿QUÉ
HACER AHORA? Mostrar nuevos caminos en la vida estatal, en las finanzas y en la
economía, ese debe ser el cometido principal de estos trabajos que se
diferencian de los escritos usuales, que impregnados de cientificismo no se
atreven a ir más allá de la tarea de clasificación retrospectiva del
“historiador”, o que en mérito a la “objetividad” y al “realismo” se limitan a
reflejar todas las opiniones.
Erigir en este caos un “rocher de bronce” de el estudios
rigurosos y extraer consecuencias claras, para conformar una voluntad política
monocorde, tal es el objetivo que nos hemos propuesto.
Por este motivo nuestros manuales -con toda la libertad en
los detalles - deben mostrar irrevocable e imperturbablemente las grandes
concepciones fundamentales del Nacionalsocialismo en forma categórica e
inequívoca.
Adolf Hitler me encomendó la publicación de esta colección
que ha de constituir la Biblioteca Oficial del Partido.
Al Congreso Partidario del presente año entrego como primer
cuaderno El Programa del NSDAP. A nuestro Führer Adolf Hitler le expreso mi
especial gratitud por la revisión del manuscrito.
Mumau a.Staffelsee, agosto de 1927.
Gottfried Feder
PREFACIO DE LA CUARTA EDICIÓN
Justamente un año después de la aparición de la primera
edición de “El programa del N.S.D.A.P.”, ya se hace necesaria una 4ª edición,
nueva prueba contundente del desarrollo potente y vigoroso del Movimiento.
Con acentuado énfasis Adolf Hitler declaró en el Congreso de
Dirigentes del Reich (Reichsführertagung) del 31 de agosto del presente año:
“Las cuestiones programáticas no ocupan la atención del Congreso de Dirigentes:
el Programa está fijado y no toleraré jamás que se sacudan los fundamentos
doctrinarios del Movimiento”. A esta declaración decisiva del Führer adhiero de
todo corazón, pues nada es más peligroso para la estabilidad y el empuje de un
movimiento político de nuestra índole, que si a posteriori se practica una
crítica negativa de su base firme -el Programa-, o si se producen discusiones
al respecto. Un cambio de ideas sobre tal o cual punto del Programa es, por el
contrario, fructífero, y puede y debe enriquecer y ahondar el mundo ideológico
del Nacionalsocialismo.
Respecto a los problemas cotidianos y de política diaria,
las opiniones frecuentemente divergirán, ya que la postura de nuestras
representaciones parlamentarias muchas veces no son comprendidas de inmediato,
si por motivos tácticos deben hacerse concesiones, pero distinto es cuando se
trata de cuestiones básicas programáticas: aquí no puede ni debe ser
distorsionado ni menos aún traicionado nada para, digamos, obtener ventajas del
momento.
Quien en la cuestión judía, en nuestra lucha contra la alta
finanza, el pacto de Dawes o la política de pauperización o en otros aspectos
programáticos cree no poder concordar con nuestros caminos y metas fijadas
inamoviblemente, quien piensa poder comprar la libertad de la Nación alemana a
través de la Liga de las Naciones o de Locarno, mediante compromisos y
cobardía, ese no tiene nada que buscar entre nosotros, ese está fuera del
N.S.D.A.P. Nosotros rechazamos absolutamente su mejor saber privado, que suele
exteriorizarse en forma insistente en sabios escritos y elocuentes discursos.
Asimismo rechazamos a los del “si pero” que si asienten en
general, siempre tienen pronto un “pero” con respecto a cualquier punto.
El que esté de acuerdo con nuestras demandas, que posponga
sus escrúpulos por cualesquiera cuestiones accesorias. No existe una concordancia
absoluta de todos en todos los detalles, menos tratándose de un movimiento
combativo político.
Distinto es, si eventualmente un punto del Programa es
explotado mediante falsas interpretaciones por extraños o deformado
canallescamente por nuestros adversarios políticos, tal cual ya ha sucedido.
Aquí tiene que darse y se dará la interpretación oficial.
Así el Punto 17 del Programa, arrancado de su contexto, ha
encontrado una falsa y malintencionada explicación y una imputación malévola
por parte de nuestros enemigos. Adolf Hitler dio por lo tanto, de acuerdo con
mi propuesta, el 15 de abril de 1928, la siguiente Declaración:
“Frente a las mendaces interpretaciones del Punto 17 del
programa del N.S.D.A.P. por parte de nuestros adversarios se hace necesaria la
siguiente declaración:
Como el N.S.D.A.P. se ubica en el terreno de la propiedad
privada, resulta de por sí que el pasaje “expropiación gratuita” se refiere
sólo a la creación de posibilidades legales para expropiar, de ser necesario,
la tierra que fue adquirida en forma ilegal o que no es administrada conforme a
los puntos de vista del beneficio popular. Esto se dirige por tanto, en primer
término, contra las sociedades especuladoras de bienes raíces judías
Munich, el 13 de abril de 1928.
ADOLF HITLER.
Por supuesto no puede tratarse en absoluto de que el
N.S.D.A.P. limite la terratenencia alemana en la ciudad y el campo en sus bien
adquiridos derechos de propiedad, tal como ha sido sostenido mentirosamente
durante la última campaña electoral por la Liga Agraria (Landbund), el Partido
de Campesinos (Bauernpartei) y los nacional -alemanes (Deutschnationalen).
Ningún partido practica una política agraria más clara y consecuente que
justamente nosotros, los nacionalsocialistas. Del sentido y espíritu de nuestro
Programa global se desprende con absoluta nitidez que sólo puede tratarse de
una expropiación de tierras que, sobre todo durante la inflación, fueron
escamoteadas por especuladores y usureros del exterior o del interior, casi
siempre judíos, a los propietarios alemanes frecuentemente por lo que se llama
“una rebanada de pan con manteca”, o también en los casos de latifundios que no
se administran al servicio de la Comunidad popular.
Es la finalidad de la Biblioteca Nacionalsocialista ofrecer
exposiciones fundamentales, dentro del espíritu de nuestro Programa, acerca de
todos los sectores de la vida nacional.
¡Ella ha de ser el arsenal ideológico para nuestra lucha de
liberación!
Murnau am Staffelsee, setiembre de 1928.
Gottfried Feder
PREFACIO DE LA QUINTA EDICIÓN
Ya otra vez se ha hecho imprescindible una nueva edición. Es
- como se sobreentiende en un escrito programático - una copia inalterable, en
todo lo esencial, de la edición precedente.
Sólo han sido enmendados aquí y allá algunas imperfecciones
en la expresión y pasajes que pueden conducir a interpretaciones erróneas.
Agradezco especialmente la revisión minuciosa y las observaciones que me
hiciera llegar la Secretaría de Adolf Hitler, las que han sido tomadas
debidamente en consideración,
Murnau, febrero de 1929.
GOTTFRIED FEDER.
PREFACIO PARA EL 326-350 MILLAR
Durante la campaña electoral por la presidencia del Reich se
publica el 326-350 millar de nuestro Programa, para anunciar los pensamientos y
objetivos de los nacionalsocialistas.
Mientras en el campo burgués impera confusión, miedo y caos,
mientras los marxistas del gobierno hacen tentativas de represión tan ridículas
como desesperadas, el NSDAP se halla en un ascenso inaudito en la historia
partidaria y se dispone a alcanzar el poder político.
Nuestro Programa, nuestras metas, no han variado. No se han
efectuado rectificaciones esenciales, y tampoco son necesarias. Declinamos,
como lo hacen otros partidos, adaptar nuestro Programa a las llamadas
circunstancias. Adaptaremos, pues, las circunstancias a nuestro Programa,
dominando las circunstancias.
PREFACIO PARA EL 500 MILLAR
El programa del NSDAP es inmutable. El nacionalsocialismo ha
alcanzado el poder en Alemania. A pesar de las represiones inéditas, no fue
posible detener el victorioso momento de nuestro movimiento.
El ya canoso Mariscal de Campo de la Gran Guerra Mundial ha
nombrado al líder del NSDAP, Adolf Hitler, Canciller alemán. Él mantiene el
imperio del gobierno con mano firme. Con sabiduría propia de estadista, fuerza
y claridad de propósito, los prerrequisitos domésticos han sido creados para la
realización de nuestras metas programáticas.
Repetidas veces debemos poner énfasis en que el programa del
NSDAP no puede ser comparado con ningún programa de cualquier otro partido. El
NSDAP no tiene un “programa de época” o un “programa de acción”. En contraste,
el contenido de los 25 puntos está caracterizado por una impávida
determinación, sin abandonar nuestros imperativos tácticos.
Más que nunca, es necesario que los millones de nuevos
miembros del partido y los seguidores se familiaricen con el contenido original
del NSDAP. Sólo en este camino, la base teórica estará preparada entre la gran
masa del pueblo alemán para la realización final de nuestras metas.
Los prefacios precedentes son incluidos nuevamente porque
dan una breve revisión de nuestro movimiento desde sus más pobres comienzos
hasta su alzamiento en el poder.
En conclusión, he evitado hacer cambios de cualquier clase a
fin de evitar la impresión de que las demandas originales ya no siguen en
efecto.
“Los líderes del partido prometen, si es necesario, empeñar
sus propias vidas en la realización de los 25 puntos precedentes” es la frase
final de los 25 puntos, que nuestro Führer ha proclamado públicamente el 24 del
febrero de 1920.
“El nacionalsocialismo no decepcionará al pueblo alemán”.
Berlín, 11. de Agosto de 1933
Gottfried Feder
Secretaria del Reich
Ministerio de Finanzas
No hay comentarios:
Publicar un comentario